Utopías posibles

Luis Ibáñez

Esta niña es de siete

Su calificación en los exámenes era realmente baja, y compensando una cosa con la otra, ha obtenido un siete

Andrea se ha esforzado muchísimo este curso. Ha hecho todas las tareas y trabajos. Ha tenido una excelente actitud en clase. Su calificación en los exámenes era realmente baja, y compensando una cosa con la otra, ha obtenido un siete. Fernando es muy inteligente, pero a la vez muy perezoso. Se distrae todo el tiempo, no muestra ningún interés, no suele hacer la tarea, pero tiene magníficas calificaciones en los exámenes, que siempre prepara el último día. También tiene un siete. Andrea ha hecho nuevas amistades, ha conseguido engancharse a la lectura, ha hecho exposiciones orales muy decentes, disfrutó al máximo en la semana cultural de su centro, e incluso ha descubierto que hay deportes que le gustan. Fernando no ha hecho nada de eso. Dedica todo el tiempo a su única motivación: la videoconsola. Solo habla de videojuegos, y en la semana cultural ni siquiera asistió al instituto, porque "total , eso no cuenta en la nota".

¿Ambos merecen la misma calificación? ¿qué significa entonces un siete? Tras 18 años de profesión, algunos seguimos sin saberlo. Reducir el conocimiento, la mente humana y el aprendizaje a un solo número es, además de imposible, una gran mentira.

La noticia es que en Cataluña van a desaparecer las notas numéricas, y algunos docentes tradicionales se han llevado las manos a la cabeza: "¿Volvemos al progresa adecuadamente, de hace cuarenta años?". Otros lo han celebrado como una gran innovación, "por fin hablaremos de aprendizajes y no de números". Y la realidad es que ni una cosa, ni la otra. Al parecer, se evaluará en términos de "no logro", "logro satisfactorio", "logro notable" y "logro excelente", lo que supone una traslación directa de lo numérico, a las palabras: 0 a 4 (no logro), 5 y 6 (logro satisfactorio), 7 y 8 (logro notable), 9 y 10 (logro excelente). En definitiva, cómo cambiar todo, para que nada cambie.

Si queremos que la escuela no sirva solo para clasificar y seleccionar personas, escogiendo a las mejores o las idóneas para determinados estudios u oficios, y si queremos que la "O" de "Enseñanza Obligatoria" tenga un sentido formativo y transformador, tenemos que dejar de engañarnos. De lo contrario, siempre habrá quien diga en la escuela que "esta niña es de siete", o en su versión catalana, que "esta niña es de logro notable"… y cuando se cuelga a alguien una etiqueta (o un número), es muy difícil quitárselo de encima.

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