Palmas y Pitos

La íntima penumbra de puertas adentroUn hombre pegado al teléfono

Dintel, jambas y umbral dejan hueco a la puerta. Y a los misterios domésticos que sugiere la íntima penumbra de puertas adentro, cuando la luz no es que se haga mortecina, sino que cambia de tono o se viste de sombra para que en las estancias del hogar la vida resulte iluminada de otra manera. A la viva luz engendrada en la bóveda de los cielos deben las plantas también su colorida vitalidad, el quehacer de la clorofila y la sangre de la savia. De suerte que los muros de la casa atenúan de algún modo su frontal firmeza con la exuberante fragilidad de las plantas, un festón con pespuntes de macetas en el zócalo de la pared. Velan además las puertas por la reserva, aunque no siempre esta procure la protección. Sobre todo, cuando se sostiene que los trapos sucios deben lavarse en casa, resueltas las diferencias en familia, sin explicaciones o conocimiento de extraños. Si bien tales diferencias pueden tomar forma violenta y entonces la ropa sucia hay que airearla con la denuncia. La intimidad, sin embargo, no suele cursar con tal despropósito, sino que lleva a encontrarse con uno mismo y con los otros, cerradas la puerta al público escrutinio, alumbrados por la tenue luz de la complicidad. / Antonio Montero Alcaide

Nadie puede haber hablado más por teléfono en el viaje a Berlín que uno de los políticos que acudieron a Fruit.No sólo tenía su móvil y su batería, sino que llevaba una de repuesto que se quedó vacía en lo que se producía el embarque.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios