Utopías posibles

Una navidad distinta

Ha sido un trimestre lleno de geles hidroalcóholicos, distancias, teleformación, más teleformación...

Resisto. Hay esperanza. Ya se ve tímidamente la luz al final del túnel de este año 2020. Se acabó el primer trimestre del curso más atípico de la historia, un curso en el que no existen los abrazos, ni las sonrisas anuladas por las mascarillas. Hemos aprendido a sonreír con los ojos, a abrazarnos con los pequeños gestos de cada día. Quienes tenemos la grandísima suerte de trabajar con jóvenes sabemos que la vida no se detiene ni siquiera ante la peor de las pandemias, que el optimismo es consustancial al ser humano, que hay alegría allá donde dos personas se encuentran, comparten tiempo, espacio, ilusiones, aprendizajes y esperanzas.

Ha sido un trimestre lleno de geles hidroalcóholicos, distancias sociales, teleformación, más teleformación, grupos confinados por si acaso, maestras y maestros preocupados, confinados. Profesorado más cargado de trabajo, que de costumbre. Sí, mucho más. Hemos descubierto que se podía estar con mucha más presión y el doble de trabajo, sobre todo al alternar la presencialidad y la enseñanza telemática a partir de 3º de ESO.

Nos queda muy poco. Ya ha pasado lo peor. No eches todo a perder en navidad. Sé que estás deseando celebrar esa ansiada fiesta con los tuyos, tirar las mascarillas a la basura y comer, beber, abrazar… No lo hagas. Resiste. En breve, recordaremos todo esto como una fea pesadilla, de la que nos habremos despertado.

La navidad es un tiempo privilegiado para el recuerdo, la conversación pausada, el disfrute con los tuyos. Familias, estudiantes: cerrad los libros de tiesto (perdón, quise decir, de texto) en un cajón, hasta reyes. Es tiempo de aprender mucho, más que en todo el curso, más que en ningún otro momento desde marzo hasta ahora. Es momento de aprender de esas historias en la mesa, de esos sentimientos compartidos que tanto necesitábamos, de todas esas cosas que quisiste hacer durante este estresante trimestre, y no pudieron ser. Aprender con ese tranquilo paseo, con ese libro que querías leer, esa película que llevabas tiempo queriendo ver, esas largas sobremesas en casa en que el tiempo se detiene.

Tiempo de calma, de reflexión, de vivir, de aprender. Todo eso es la navidad. Puede parecer un mensaje algo ñoño, pero ya hemos sufrido bastante durante todo este año. Nos merecemos disfrutar y revindicar el amor, con todas las letras. Y sí, nos toca también seguir resistiendo. Feliz vida. Feliz navidad.

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