Ni flores

pablo / martínez- / salanova /

El safety car

NO somos nosotros muy de estrujarnos el seso a la hora de organizar una despedida de soltero. Bastante es que recurrimos a una actividad lúdico-festiva al margen del desenfreno propio de estos eventos. Y como lo del paintball ya lo teníamos un poco trillado, pues en un alarde de originalidad, en esta ocasión, sí, amigos, recurrimos a los karts.

Había algo dentro de mí que me lo decía, y no tardé en comprobar que aquello no se me iba a dar demasiado bien. La primera vuelta para tantear el vehículo ya me indicaba que esto de las carreras de coches no iba a engrosar mi lista de virtudes. ¿O sería el monoplaza que me había tocado? Era demasiado pronto para echarle la culpa al coche, pero ahora sé lo que siente Fernando Alonso, que siendo el mejor piloto de la parrilla, no dispone de un vehículo de garantías y poco puede hacer contra los Mercedes y los Red Bull.

Claro que en mi caso, de mejor piloto nada. El peor sin duda. Salí en última posición y en última posición quedé. Mi única preocupación era no ser doblado por la cabeza de carrera para evitar un bochorno mayor que el ya estaba viviendo.

Por suerte para mí, nadie me hacía caso. En la soledad del asfalto me encontré conmigo mismo, me dio tiempo a pensar en mis cosas. Yo era mi propio adversario y me propuse batir mis propias marcas. Tampoco tengo claro si lo conseguí. Con el paso de las vueltas veía cómo me iban dejando cada vez más atrás. Es posible que con el paso del tiempo fuese haciéndolo un poco peor. Aquel amago de trompo tampoco ayudó. Quizás no tendría que haber frenado en cada curva, pero es que uno ha sido prudente toda la vida. Total, que pude comprobar que una carrera de coches desde dentro se me hizo igual de eterna y tediosa que vista por la televisión, con la única diferencia que poco a poco se me iban cargando la cervicales. Cuánto habría agradecido no tener cuello como el bueno de Fernando.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios