Ilusos nosotros los demócratas con eso de pensar que en democracia todo cabe. O, más allá aún, que cualquier opinión es respetable. Pero no. En democracia no todo cabe y, menos aún, todo es respetable. Sobre todo si sabemos que lo contrario a democracia es fascismo. Sin embargo, España sigue siendo esa 'rara avis'. El único país del marco europeo donde el fascismo triunfó, y no fue arrastrado a la democracia temprana que vivieron en otros países vecinos tras la segunda guerra mundial, se ha acabado convirtiendo con el paso de los años en una ciénaga de falta de pensamiento crítico, donde se blanquean desde los invernaderos de Levante a Poniente, hasta los postulados más abiertamente fascistas. Y en prime time. Lo acontecido el pasado viernes 23 de abril en el debate de la Cadena SER, es muestra de que estamos viviendo en una profunda anomalía social, totalmente laxa de principios democráticos. Porque no, señores, no es normal que, a una persona, te guste o no lo que representa, se le envíen cuatro balas de fusil de asalto, por carta postal, y con amenaza de muerte incluida a él y a su familia. Pero, parece que este es el precio que tenemos que pagar los que queremos cambiar el sistema desde el sistema. Al igual que, también es el cobro que reciben todos aquellos que no se paran a pensar y se dejan llevar por mensajes simplistas, populistas, racistas, xenófobos, clasistas y abiertamente fascistas para llenar ese vacío que sienten en la mente y en el corazón. En la década de los 50, el pastor luterano alemán Martin Niemöller, escribió un poema que ha pasado a la historia. Un poema titulado "Primero vinieron". Un poema que, hoy en día podría titularse "se blanquea". Y es el siguiente:

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, yo que no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, yo que no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, yo que no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, yo que no era judío,

Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.

Pues eso, amigos que leen esta tribuna, significa lo que estamos viviendo hoy día. Déjense de mirarse el ombligo, actúen con empatía, pónganse en el lugar del vecino, ayuden, vivan, rían… Hagan, en definitiva, lo que quieran hacer, pero siempre, por favor, desde el respeto a la democracia.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios