A Son de Mar

Inmaculada Urán / Javier FornieLes

A veces sí, a veces no

¿Qué pasa si te metes en el mar? ¿Hay que ponerse la mascarilla dentro del agua? ¿y en las piscinas?

Después de prohibirla los alemanes, la vacuna de Astrazeneca se llama ahora Vaxzebria. A nosotros, la verdad, nos gustaba mucho más el otro nombre. Hacía alusión a un filósofo romano o cordobés -esto no queda nunca claro en la wikipedia-, que se abrió las venas cuando Nerón le dijo que se pusiera la vacuna. Pero, vamos, la culpa de todo la tiene la gente que se queja sin venir a cuento con esto del coronavirus. Falta formación. Oyen campanas y empiezan a hablar de lo que ignoran en vez de seguir las desventuras de Rociíto. Y así nos va. A ver, ¿cómo se puede decir que no hay normas claras? Si eres alemán u holandés, no se pone; si eres francés, te la ponen a partir de los 65; y si eres español a todo el que pillen hasta justo los 65. Esta semana, si es usted español y si tiene menos de 65, le toca la astrazeneca. La semana que viene ya nos lo dirá don Simón. Y dentro de unos meses lo mismo no se la ponen a nadie en Europa, menos aquí. Más precisión y manejo de los tiempos, imposible.

Pero no crean que nosotros aplaudimos todas las medidas o que no tenemos espíritu crítico. No, señor. Por ejemplo, donde sí vemos que se necesita mucho más control es en las playas. Esta Semana Santa lo hemos podido comprobar. Si estás charlando con los amigos en la cafetería, no se necesita la mascarilla. Si estás en la arena, hay que llevar el tanga y la mascarilla. Hasta ahí bien. Pero luego falta normativa; hay mucha confusión. ¿Qué pasa si te metes en el mar? Aparte de ir por el aire, ¿sabe nadar el coronavirus? ¿Hay que ponerse la mascarilla dentro del agua? ¿Y si llevas gafas de buceo? ¿Hace falta o te la convalidan? ¿Y las piscinas? He ahí unas lagunas legales, que los expertos comités del Gobierno o de la Junta deben solucionar ya mismo. Que no parezca luego que andamos aquí como en la canción de Julio Iglesias y resulte que no nos vienen este verano los turistas.

Más que nada todo esto lo decimos también por echar una mano a la policía. Estos días de Semana Santa les han hecho ir por el Paseo Marítimo diciéndoles a los jugadores de pádel o a esas felices criaturas tendidas en la playa, que debían ponerse la mascarilla. Después de hacer la ronda con el megáfono, los pobres tenían una expresión que en esta casa conocemos muy bien. La misma que a los profesores se nos queda cuando les decimos a los estudiantes que aprovechen las vacaciones para leer y repasar.

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