La Resistencia

Luz Belinda Rodríguez

Parlamentaria andaluza por Almería

Nos volveremos a encontrar

Volveremos a encontrarnos con nuestros mayores. Hemos tenido que alejarnos de ellos, por doloroso que sea, para cuidarles

Si nos detenemos en el presente, la información sigue siendo desalentadora. Son muchas las versiones sobre cómo y cuándo saldremos de esta. Quiero agradecer a los periodistas de vocación el esfuerzo, poniendo en riesgo su salud y la de sus seres queridos, para que los demás podamos saber qué es lo que está ocurriendo. En estos tiempos, decir lo que el poder no quiere escuchar, es asumir un riesgo muy grande.

También quiero agradecer nuevamente a los miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y a los civiles que se han ofrecido como voluntarios para tantas tareas y que arriesgan su integridad por salvaguardar la de los demás: hemos vuelto a demostrar que somos un gran país, y que el mayor tesoro que tenemos es el corazón de nuestros compatriotas.

Nos volveremos a encontrar. No sabemos con exactitud cuándo ni a qué ritmo retomaremos nuestras vidas con normalidad. Ni tan siquiera si "la normalidad" que viene será la misma que conocíamos. Lo que sí sabemos, y a mí personalmente me dibuja en el rostro una sonrisa de esperanza, es que todo esto no será para siempre.

Los niños volverán a los parques y nos harán felices con sus risas y su inocencia cuando los compartan con sus amigos. Los columpios y los toboganes verán el fin de su orfandad cuando nuestros pequeños puedan utilizarlos de nuevo. Pasearemos con ellos, les explicaremos que la maldita pesadilla del COVID-19 pasó, pero que no debemos olvidar nunca las lecciones de solidaridad que nos dio esta etapa de nuestras vidas. Que no debemos olvidar la importancia de los héroes sin capa, silenciosos, que nos cuidan y que protegen nuestra salud.

Volveremos a encontrarnos con nuestros mayores. Hemos tenido que alejarnos de ellos, por doloroso que sea, para cuidarles. Es paradójico, pero nuestro papel ahora es no estar físicamente con ellos y evitar así que les pueda ocurrir algo. ¿Difícil? Si: pero necesario. Necesario y, también, temporal. Volveremos a explicarles la sintonización del televisor, a escuchar anécdotas y consejos, a ver brillar sus ojos al abrazar a sus nietos y a regalarnos un pedacito de su alma en cada abrazo que nos dan.

Volveremos a encontrarnos en las tiendas de barrio, en los bares y en las calles. Visitaremos a familiares y amigos, celebraremos nacimientos, bodas y cumpleaños. Dejaremos de estar solos. Y valoraremos más las muestras de cariño que antes eran solo pura rutina.

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