Almería capital gastronómica: un éxito de todos

A lo largo de este tiempo ha habido un apoyo sin fisuras en torno al proyecto de toda la sociedad de la capital y provincia

No hubo sorpresas. Tal y como estaba previsto, el jurado decidía ayer que Almería será capital gastronómica en 2019. El éxito de la empresa es de todos, sin excepción. El trabajo desarrollado por el Ayuntamiento de la capital ha sido arrollador. A lo largo del último año han desplegado una enorme campaña de marketing, publicidad, actividades y presentaciones que han acabado por "apabullar" a cualquier otra capital que tuviera interés en competir con Almería. Además del equipo de gobierno, ha destacado el apoyo, sin fisuras, de toda la oposición, Partido Socialista, Ciudadanos e Izquierda Unida. Sin desdeñar tampoco la suma de voluntades que desde la Junta de Andalucía se ha venido expresando durante todo este tiempo, así como desde la Diputación Provincial, bajo el paragüas de la marca Sabores. Pero si ha habido un apoyo claro, diáfano, ha sido el de la sociedad almeriense. El mundo de la gastronomía ha hecho piña en torno al proyecto, así como todos aquellos que, de una u otra forma, crean estado de opinión. Nunca antes, si exceptuamos, los Juegos del Mediterráneo de 2005, se había producido una unanimidad de este calado. Conseguido el objetivo ahora toca trabajar duro y mucho. En la Feria Internacional de Turismo de Madrid (FITUR), en enero, la capital recogerá el testigo de León. Será el momento en el que debemos conocer el contenido de los doce meses que la ciudad tiene por delante y que deben servir para situarnos en un lugar privilegiado dentro del mundo de la gastronomía de este país. Tenemos todas las condiciones. Disponemos de los mejores productos. La tradición se hace sabor en los fogones de cada uno de los bares y restaurantes de la provincia. Pero con esa potencialidad no es suficiente. De ahí que a partir de ahora, y sin mayor dilación, desde el Ayuntamiento, organizador de la capitalidad, se debe y espera que pongan sobre la mesa un proyecto creíble, que vaya más allá de las propuestas y se pase a los hechos. Lo que conocemos, con actividades y dedicaciones a un producto cada mes, es un buen inicio, aunque aún queda dotarlo de contenido y presupuesto. Si somos capaces de sacar el rendimiento que sobre el papel se percibe, qué duda cabe que cuando se haga balance a finales de año tendremos argumentos suficientes para sentirnos satisfechos. Es un camino largo, incluso puede que algunas de las propuestas se queden en eso. Pero no hay que cejar en el empeño y sostener el pabellón en la cima durante doce meses, en los que la capital y la provincia estarán en la cresta de la ola gastronómica de todo el país.

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