Seguimos amenazados por el virus

Pese a que durante la desescalada han aumentado muy poco los contagios, el virus sigue siendo una amenaza letal

Según la segunda oleada del estudio de seroprevalencia liderado por el Instituto de Salud Carlos III, sólo el 5,2% de la población española ha superado la enfermedad y presenta anticuerpos IgG contra el Covid-19, lo que supone un aumento muy ligero respecto a la oleada anterior, de apenas un 0,2%. En Andalucía esta cifra es aún más baja y apenas llega 2,9% de los ciudadanos (un 0,3% más). En general, lo que nos viene a decir este informe es que la inmensa mayoría de los españoles y andaluces no han generado defensas contra el coronavirus y que estamos muy lejos de la llamada inmunidad de rebaño, por lo que seguiremos estando a merced de la enfermedad mientras no se encuentre definitivamente una vacuna, algo que pese a los grandes esfuerzos que están haciendo la comunidad científica mundial y la industria farmacéutica no se sabe muy bien cuándo será, aunque las previsiones más optimistas hablan de finales del presente año. Como aspecto positivo se puede señalar que las medidas de confinamiento y separación social han funcionado y que el virus sólo ha infectado a una parte muy pequeña de la población durante los primeros pasos de la desescalada. Sea como fuere, y aunque hay algunos científicos que especulan con la idea de que el virus ha podido perder fuerza, lo cierto es que sigue existiendo un importante peligro de rebrote de la enfermedad, por lo que es muy importante que se sigan respetando las normas y limitaciones impuestas por las autoridades sanitarias. En los últimos tiempos hemos tenido noticias de numerosos contagios por no haber respetado estas normas, como los ocurridos en el Hospital Gregorio Marañón durante un almuerzo de despedida de unos residentes. Pueden ser anécdotas, pero nos sirven de aviso de lo que puede ocurrir si no se extreman las precauciones. En la actualidad la gran prioridad debe ser reiniciar la economía, pero evitando en todo momento la posibilidad de un rebrote, lo cual no sólo sería negativo para la salud de los españoles, sino también para sus bolsillos.

Tiempo habrá de recuperar ciertas actividades que requieren la participación de numerosas personas. En cuestiones sociales, éste es el momento del pequeño formato. La prioridad debe ser pasar el próximo otoño sin que el coronavirus vuelva a parar nuestras empresas y a encerrarnos en casa. Como se suele decir, toda precaución es poca.

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