Tribuna

Ramón Herrera

Parlamentario Andaluz del PP por Almería

Andalucía va bien; Almería también

A los gobiernos del PP siempre los ha caracterizado su capacidad de gestión

Andalucía va bien; Almería también Andalucía va bien; Almería también

Andalucía va bien; Almería también

Han transcurrido, escasamente, seis meses desde que Juanma Moreno se convirtiera en el Presidente de la Junta de Andalucía y el cambio ya se empieza a notar. Créanme cuando les digo que no es fácil, después de 37 años de gobiernos socialistas, darle la vuelta a la situación en un periodo tan breve de tiempo. Muchas inercias del pasado, muchos vicios adquiridos, una administración enorme, y un descontrol económico que asusta. Pero, a pesar de los agoreros, el gobierno del cambio empieza a dar resultado, que serán mucho más importantes y perceptibles al final de la legislatura. Los indicadores económicos andaluces son enormemente positivos, en comparación con los nacionales. El PIB andaluz crece por encima de la media de España, lo mismo sucede en la producción industrial, en las exportaciones, en el comercio minorista, en la creación de empresas o en la confianza empresarial. Pero si hay que destacar un dato fundamental, es que es en nuestra comunidad donde el paro más se ha reducido durante el último año, y se crea empleo con fuerza. Todos estos datos no serían posibles de no haberse producido un cambio de gobierno, de modelo de gestión. En materia económica, no creo en las casualidades. Si Andalucía ha conseguido cambiar tendencias y convertirse en motor económico, se debe a tres factores fundamentales: Confianza, porque los ciudadanos y los empresarios creen que la gestión está siendo y será buena; estabilidad, porque hemos conseguido aprobar unos presupuestos y cerrar los del próximo año; y credibilidad, porque el gobierno cumple lo que promete.

Son muchos las actuaciones que se han llevado a cabo, pero me gustaría destacar las más importantes. En materia sanitaria, nos encontramos una situación desastrosa. Seguramente la sanidad haya sido uno de los principales elementos por los que el PSOE haya salido del gobierno andaluz. Miles de andaluces ocultos en unas listas de espera interminables, profesionales a los que no se le reconocía su esfuerzo, falta de médicos en muchos hospitales y centros sanitarios… Ante esto, se aprobó un plan de choque que, tan solo tres meses después, ha conseguido reducir las listas de espera quirúrgicas más de un 4% y un 22% la demora. También se han mejorado las condiciones de los profesionales -contratos más estables, más largos- permitiendo, como en el hospital de la Inmaculada, atraer a especialistas de los que antes se carecía. Lo mismo ha pasado en dependencia, para lo que también se ha establecido un plan de coche. En empleo y economía se ha apostado firmemente por los autónomos, ampliando las ayudas a este colectivo, y desatascando proyectos empresariales que llevaban años a la espera de una respuesta -como el reciente de Cosentino-. Las universidades llevaban más de un lustro sin tener proyectos de investigación andaluces, y esta pasada semana ya se concedieron los primeros. Se ha ampliado la bonificación de las matrículas universitarias. En materia impositiva se ha eliminado el impuesto de sucesiones y donaciones, y reducido el impuesto de transmisiones patrimoniales y el de actos jurídicos documentados. Todos los andaluces comprobarán en su nómina de enero como también se les ha bajado el IRPF. Y digo a todos, porque hay que desmontar el mantra con el que los socialistas intentan manchar la gestión liberal de este gobierno. Los impuestos se les bajan a todos los andaluces. La agricultura se ha convertido en un pilar fundamental del nuevo gobierno, siendo la consejería más inversora de todas. Ayudas a jóvenes agricultores, investigación, el pacto del agua, las obras en las depuradoras -ejecutando el famoso canon del agua-, exportación, defensa de nuestros agricultores… Quizá dónde más sorpresas nos hemos llevado ha sido en la Consejería de fomento. Sentencias condenatorias millonarias -caso

nevada, el metro de Sevilla, el metro de Granada-, y obras siempre prometidas, pero nunca ejecutadas.

Como ven, Andalucía va bien, bastante mejor que hace unos meses. Pero es que, tras tantos años de ostracismo, podemos empezar a decir lo mismo de Almería. La apuesta por la finalización de la autovía del Almanzora- incluyendo su enlace con la A7- la redacción del proyecto de la salida norte de la capital con la A92, el apoyo al observatorio de Calar Alto, la eliminación de 32 aulas prefabricadas, la oferta de mil plazas médicas para la provincia, la reducción de las listas de espera, el impulso al hospital materno infantil, la licitación del de Roquetas, las inversiones millonarias en los puertos de Garrucha y Mojacar, o la apuesta decidida por la Alcazaba son algunas muestras de ello.

A los gobiernos del PP siempre los ha caracterizado su capacidad de gestión. Nadie duda que, tanto los presididos por Aznar como por Rajoy, reformaron la economía española, a la que sacaron de unas crisis terribles. Ahora, por primera vez en Andalucía, tenemos la oportunidad de hacer lo mismo en nuestra comunidad, y estamos respondiendo. Quedan muchos retos por delante. A todos nos gustaría ir más rápido, pero lo importante no es tanto la velocidad, sino la distancia que se recorre. Este gobierno llegará lejos.

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