Tribuna

José maría Martínez de Haro

Escritor y periodista

DOS CALAMIDADES

Pedro Sánchez estrenó traje y corbata para comparecer en el Congreso de los Diputados el pasado miércoles 30 de marzo. Con acento grave y gesto severo vino a anunciarnos que el llamado estado de bienestar está en peligro. Que nuestra forma de vida está en peligro. Todo por culpa de Putin y su maldita invasión de Ucrania. Cualquier ciudadano sin síndromes de alteraciones mentales conoce que esta exculpación es un burdo reduccionismo prefabricado por la academia de publicidad de la Moncloa. Ministros, Ministras y demás bustos parlantes repiten el slogan hasta el infinito. Para corroborar la situación extrema Sánchez enumeró una lista de desgracias que han asolado España desde el inicio de su gobernanza: inundaciones, incendios, fenómenos de nieve como Filomena, una pandemia causada por el virus covid-19, erupción volcánica en la Palma, guerra de invasión y exterminio en Europa incluso una tormenta de arena que nos llegó del desierto africano. Resulta evidente que todo esto prueba que Pedro Sánchez es un "plagas" y arrastra plagas devastadoras que están jodiendo la vida sin límites y sin pausa. En los anales de la Historia ningún gobernante ha conocido en España semejantes catástrofes. No es alentador saberse guiados por un presunto gafe de poderosa influencia negativa. Tal vez por ello el Presidente no comentó nada sobre otra" plaga" perniciosa que se manifiesta en cada Consejo de Ministros. Ya lo advirtió el fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba de manera premonitoria.

Sobre la situación que llevaría a peligrar el estado de bienestar eludió en su comparecencia algunas cifras publicadas por organismos oficiales que indican que la economía española ya sufría entre otras causas por la pésima gestión de la pandemia. Los datos son irrefutables más allá de la propaganda, la inflación comenzó a dar síntomas preocupantes a finales de enero, un mes antes de comenzar la guerra de Putin. La inflación respecto al PIB en Italia es del 5,7%, en Francia del 3,6%, en Suiza es del 0,5%, en España es del 9,8%, y se anuncia que en mayo podríamos alcanzar la cifra aterradora del 10,3% sobre el PIB. Elocuentes comparaciones. Y así otras cifras inquietantes sobre la recuperación que afectan negativamente todos los indicadores económicos. Tal vez por ello Sánchez emplea en sus alocuciones un desmedido y cacofónico énfasis verbal pronunciando efusivamente esdrújulas donde no corresponden. Según expertos en lenguaje verbal tal forzamiento del acento es propio de quien no está convencido de su propio discurso. Así hablaba Zaratustra, es decir Zapatero, en esdrújulas. Y con esdrújulas, errores, sandeces y mentiras llegó el Necio de mirada azul hasta la catástrofe económica que arrastró a España al borde de la quiebra y le tumbó electoralmente de manera humillante.

Sánchez es la criatura nacida de aquel mátrix sin referencias de conocimiento ni capacidades más allá de la temeridad y la ambición. Su recorrido gubernamental entre fenómenos naturales y desgracias devastadoras también apunta hacia otra catástrofe próxima. La diferencia con su antecesor y maestro es que en tanto el anterior fue derrotado en las urnas, es muy posible que Sánchez salga flotando entre la tempestad. Así lo señalan algunas encuestas. Y es posible que así ocurra por razones conocidas y otras más secretas e inconfesables.De ser así, esto resultaría un fenómeno sobrenatural según la situación económica, social y política de España en esta aciaga primavera de 2022. A diferencia de los países democráticos de la UE, España se ve afectada desde hace meses por una convulsión sin precedentes próximos .Todos los sectores productivos están en clara situación de alarma, algunos han cesado actividades esenciales, otros anuncian paros, recorte de empleos y cierres definitivos. Los sectores primarios en huelga o al borde de la ruina; , agricultores, ganaderos, pescadores, el comercio minoritario, bares y restaurantes, pequeños empresarios y autónomos , taxistas y singularmente los transportistas así como los empresarios de estaciones de gasolineras anunciando que no podrán soportar esta situación. Es decir, la España productiva, la que contribuye a la riqueza y creación de empleos, al límite de las posibilidades de supervivencia.

Siendo la situación catastrófica, Sánchez podrá estar tranquilo con los sindicalistas de CCOO y UGT, no hay ni habrá huelga a la vista, ni protestas por la situación extrema de millones de trabajadores en paro.Tampoco se manifestarán los casi dos millones de "colocados" en las administraciones paralelas que hábilmente han creado años de socialismo como barrera inquebrantable de adhesiones. Y tampoco los subvencionados en organizaciones, fundaciones y demás milongas que engullen dinero público a mansalva. Y naturalmente los miles y miles de asesores, contratados laborales, contratados sin laborar, cargos públicos por el sistema digital, amigos, vecinos y parientes. De esta masa improductiva y parasitaria no habrá de surgir protesta alguna, más bien alguna plegaria a san Pantaleón, Patrón de los inútiles para que la situación se mantenga por siglos. A esta larga lista Puede añadir el Presidente todos los miles de políticos amparados y protegidos en las siglas del socialismo y otros procedentes de las izquierdas tribales con distintivos comunistas, populistas, anticapitalistas, anti sistema, separatistas, independentistas, filo terroristas, y algunos otros que se benefician del dinero público con sueldos, trienios y prebendas en todos los estamentos políticos del Estado, las autonomías, las diputaciones y los ayuntamientos. Son una vasta legión que se dejaría despellejar antes que renunciar a sus sillones. Este es el gran capital que sostiene a Sánchez en su poltrona.

El presidente es un artista sorteando las adversidades. Y maneja bien los silencios y las artes de la ocultación. En aquella comparecencia ante el Congreso todos los diputados, incluso los del PSOE esperaban un debate profundo sobre la cuestión del Sahara aún sin explicar. Para asombro del personal no hubo tal debate. Apenas una breve alusión al hilo de otros asuntos menores. Y ello sin reconocer la nueva posición diametralmente opuesta a la posición oficial de España invariablemente mantenida durante cincuenta años con la aquiescencia de todos los grupos políticos y también contraria al programa electoral del PSOE que entre otros redactó el propio Sánchez. Un malabarismo vergonzante manejado al antojo de un hábil jugador en busca de mejor provenir. Hay una exigencia constitucional que Sánchez debe cumplir con los ciudadanos; dar explicación pública de sus enredos con el Reino de Marruecos. Y que el Parlamento español pueda debatir un Tratado entre Marruecos y España donde quede de manifiesto la inviolable integridad territorial de España con expresa mención a Ceuta, Melilla y las Islas Canarias.

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