Tribuna

José Mª Martínez de Haro

Escritor y periodista

Navidad para la historia

Quienes hemos vivido tantos años, jamás pudimos imaginar unas Navidades como las que se anuncian en estas fechas. Las tradiciones y celebraciones tan arraigadas en la cultura cristiana han tenido en España una peculiar forma de expresarlas que caracterizan a esta vieja nación. La alegría, la fraternidad, el sentido de la familia, los reencuentros, los belenes, las zambombas y panderetas, los villancicos, el turrón, los regalos, la iluminación de calles y plazas conforman una forma de ser y de sentir estas fechas tan especiales donde los abrazos y los besos han sellado durante siglos el sentimiento compartido del amor .Palabra devaluada esta del amor.

Las restricciones y prohibiciones que se anuncian diariamente en las televisiones trasladan una sensación tan extraña como triste. Y lo cierto es que muy a pesar de los protestones de siempre y el legítimo pesar de los sectores más afectados, hostelería, bares, ocio, deportes, comercio, etc, estas medidas están orientadas a evitar o aminorar la temible tercera ola y sus posibles efectos devastadores para la salud y la economía. Habremos de afrontar la realidad, serán sin duda unas navidades escritas con minúscula. Pero lo más importante es que podamos vivirlas conociendo la trascendencia de seguir vivos.

Para sorpresa de miles de millones de seres humanos confiados y alegres sobre el presente y el futuro, ocurrió que un maldito virus se trasmitió a una persona y causó la pandemia que hoy afecta a la humanidad en todos los rincones del mundo. Es una paradoja que cuando la ciencia ha logrado enviar a explorar la luna, y hay una alta posibilidad de explorar el planeta Marte, en este planeta nuestro este virus haya causado tanto dolor y tanta mortandad. Este hecho de connotaciones históricas nos ha obligado a replantarnos nuestra arrogancia y nuestra vulnerabilidad. Y resulta que las respuestas han señalado algo que nadie estaba preparado para asumir; todo logrado por miles de años de progreso y desarrollo incesante se ve amenazado por algo que nadie logra entender; un virus microscópico e invisible habitante de este planeta ha colonizado millones de organismos humanos con gravísimas consecuencias. He tratado de seguir las reflexiones de investigadores, pensadores, filósofos, científicos, autoridades religiosas, creyentes y agnósticos y nadie es capaz de una respuesta que satisfaga la angustiosa realidad que nos toca vivir. En uno de estos foros desde la muy lejana Australia, un profesor jubilado se planteaba tres interrogantes; si todo lo que existe en el planeta Tierra ha sido creado, ¿Quién creó este y otros virus devastadores para la humanidad ?...¿porqué y para qué?. Tremendas cuestiones que no tienen que ver con la realidad científica sobre la existencia de miles de millones de virus y sus consecuencias para la humanidad a través de los tiempos.

Como ya dejé escrito, mi abuela paterna falleció en Garrucha a causa de la mal llamada "gripe española" en octubre de 1.918. Tuve ocasión de preguntar a mi tía, su hija quedó huérfana con 14 años. Recordaba la situación de miedo y las muy pocas restricciones que impusieron las autoridades, apenas unos consejos sobre el aislamiento. Recuerda que se cubrían con mascarillas hechas en casa y aquel otro virus llamado en inglés "influenza" se extendió igualmente en casi todos los países con cifras terribles de mortandad. No había medicina alguna que pudiera frenarlo y tampoco había posibilidad de vacunas, la medicina y la ciencia no estaban preparadas para nada semejante. Le pregunté qué ocurrió después de 1,918, y me dijo con naturalidad, pues poco a poco el virus desapareció , nadie volvió a contagiarse y volvimos a la normalidad. Aquella respuesta me dejó perplejo, "el virus desapareció". Lo que pudo ocurrir seguro que tiene respuesta científica. Un amigo médico internista de prestigio me dice que posiblemente el virus se hizo huésped mutando y a aminorando sus efectos hasta establecer una especie de convivencia con los seres humanos. Desde hace años nos podemos vacunar de ese virus conocido como la gripe. Me anima esta respuesta y por esto la escribo tal como me dijo este amigo. Pero aquel virus de 1.918 no encontró en su expansión la formidable capacidad tecnológica y científica que ha logrado hacer frente a otros virus con notable éxito erradicando o frenando varias enfermedades en otros tiempos mortales. En estas fechas las investigaciones científicas han conseguido varias vacunas que se presentan con eficacias superiores al 90 por ciento. De hecho es la primera vez en la historia de la humanidad que esto ocurre y además en un tiempo record. No somos tan ignorantes ni podemos creer como se decía desde algunas religiones que" el cólera morbo o la peste negra eran un castigo de Dios por nuestros muchos pecados". Hay una respuesta científica sobre el patógeno causante aunque no clarifique las dudas trascendentales de su razón de ser.

Estamos conociendo una nueva era de la humanidad; las ciencias y sus portentosos avances , su capacidad con las aportaciones de la informática, la robótica, la inteligencia artificial, la física cuántica y todos los nuevos descubrimientos de la medicina y la cirugía hacen ver que siendo tan vulnerables también hemos sabido crear algo inaudito, la capacidad de crear vida. Algunos claman contra esta soberbia de la ciencia, como clamaron contra tantos científicos que cuestionaban algunas creencias irrebatibles. Pero ya resulta inútil, la ciencia triunfa y seguirá avanzando a pesar de las barreras que trataran de frenarla. No se trata de orgullo y soberbia sino de una feliz realidad. Una realidad que debiera animarnos en estas navidades extrañas.

Cabe un deseo muy oportuno; que los grupos políticos que nos representan reflexionen sobre nuestras incertidumbres y temores y propongan una tregua navideña donde se alcen las banderas de la concordia, ya que no podremos darnos los abrazos fraternos, será posible que los corazones se abran a la sonrisa y la amistad. No podremos esperar unas Felices Navidades pero queda la esperanza que podamos celebrar otras Navidades como antaño. No estamos tan solos e indefensos, al margen de la respuesta sobre quien creó este virus, este enero próximo tendremos posibilidad de una o varias vacunas según el Ministro de Sanidad la primera llegará para el día 27 de diciembre justo un día antes de la broma. Un regalo de la ciencia que podrá sacarnos de la desolación que nos afecta. Y aquí debemos ser solidarios en la responsabilidad y el esfuerzo de los sanitarios, investigadores y científicos y todos quienes han trabajado sin descanso para contener al virus.

Quiero creer que este feliz anuncio del Gobierno de España es verdad. Tengo la esperanza y la obligación moral de creerlo.

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