Tribuna

Juan José García

Experto en Inteligencia Económica y Competitiva

Diez años de guerra en Siria

El mundo en el que vivimos hace que algunos conflictos se conviertan en tableros donde los países más influyentes a nivel mundial o regional dirimen sus diferencias

Diez años de guerra en Siria Diez años de guerra en Siria

Diez años de guerra en Siria

En el mes de marzo se han cumplido diez años del comienzo de la guerra en Siria. Empezó como un levantamiento pacífico contra el presidente Bashar al Asad, siguiendo la inercia de otros similares que se estaban produciendo dentro de la denominada primavera árabe, y con el paso del tiempo se ha convertido en una guerra civil con varios contendientes que combaten entre sí y que ha causado 400.000 muertos, 200.000 desaparecidos, siete millones de desplazados internos y seis millones de refugiados.

Las protestas de la sociedad siria inicialmente tenían como objetivo cambiar el régimen autoritario que gobernaba el país, que estaba generando muchas quejas por el alto nivel de desempleo, el nivel de corrupción, la falta de libertad política y una fuerte represión. Desde su inicio la situación fue volviéndose cada vez más compleja; los grupos de oposición al régimen comenzaron a armarse y se formaron un gran número de brigadas rebeldes, primero para defenderse de las fuerzas gubernamentales y después para expulsarlas de sus regiones. También participaron en el conflicto los grupos kurdos situados en el norte de Siria.

En el plano religioso se produjo un enfrentamiento entre las dos corrientes más importantes del país, la mayoría sunita y los chiitas alauitas, circunstancia que arrastró a otros países de la zona a participar también en el conflicto.

A todo ello se unió la presencia de grupos islamistas radicales que aprovecharon el desgobierno en algunas zonas para instaurar el denominado Estado Islámico, que empezó a reclutar combatientes en todo el mundo, incluidos los países occidentales y en especial los europeos. Después siguieron los secuestros y ejecuciones públicas y también se incitó a llevar a cabo atentados en los países occidentales.

En la guerra de Siria se han involucrado en diferente medida países como Arabia Saudita, Turquía, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y otros en menor medida. También Rusia e Irán que han sido los principales apoyos de al Asad, siendo destacable la participación rusa a la que muchos responsabilizan de haber cambiado el curso de la guerra en favor de al Asad.

El apoyo militar, financiero y político de otros países al Gobierno sirio y a los grupos de la oposición ha contribuido directamente a que el conflicto se intensificara y continuarán los enfrentamientos y ha convertido a Siria en un campo de batalla para dirimir muchas de las diferencias que existen entre potencias regionales y mundiales.

Debido a que ninguna de las partes parece capaz de derrotar a las otras, la comunidad internacional ha intentado poner fin a la guerra con una solución política. En 2014 hubo conversaciones de paz en Ginebra sin resultado, en 2016 Estados Unidos y Rusia propiciaron nuevas conversaciones, pero se suspendieron en la fase preparatoria y también negociaron en 2016 varios acuerdos de cese de hostilidades que también fueron suspendidos poco después. Recientemente solo se han acordado treguas parciales, no siempre respetadas, para permitir la llegada de ayuda humanitaria.

La llamada primavera árabe despertó una ola de entusiasmo en el mundo occidental que finalmente se ha traducido en pocos cambios y en guerras civiles como las de Siria y Libia, cuyo final después de muchos años es todavía incierto y donde, en palabras del secretario general de la ONU, "se han producido violaciones de los derechos humanos a escala masiva y sistemática y se ha violado repetidamente la ley internacional humanitaria con total impunidad".

La complejidad y la confluencia de tantos intereses hace difícil resumir en pocas palabras el conflicto sirio. Ha habido impunidad, impotencia o falta de acuerdo entre los países más importantes del mundo para poner fin a un conflicto que ha causado tantos muertos y desplazados y ha propiciado el auge de un terrorismo islamista que ha provocado múltiples atentados y muertos, no solo en Siria sino en Europa y en otros países.

El mundo en el que vivimos hace que algunos conflictos se conviertan en tableros donde los países más influyentes a nivel mundial o regional dirimen sus diferencias y donde lo menos importante es la población que sufre las consecuencias. A lo largo de la historia ha sido así y no parece que vaya a cambiar.

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