Tribuna

Juan José García

Experto en Inteligencia Económica y Competitiva

El debate sobre el futuro del G7

En estos momentos es más necesario que nunca su liderazgo y la búsqueda de soluciones que sean beneficiosas para el resto de los países

El debate sobre el futuro del G7 El debate sobre el futuro del G7

El debate sobre el futuro del G7

Alo largo del año se llevan a cabo varias reuniones de líderes internacionales y la del G7 hasta ahora ha reunido a los líderes de los países con las economías más importantes y ha servido para adoptar decisiones que han tenido repercusiones en todo el mundo. El hecho de que en el G7 no estén China, Rusia o India plantea dudas sobre si ese formato es el mejor para el futuro y para mantener un liderazgo necesario en el mundo actual.

El G7 lo forman Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón y Canadá y se reunieron por primera vez en los años 70. Al finalizar la guerra fría, en 1997, Rusia fue invitada a unirse al grupo convirtiéndose entonces en el G8, pero fue expulsada después de que se anexionara Crimea en 2014. En la reunión que ha tenido lugar recientemente la presidencia correspondía al Reino Unido y para ampliar su peso específico han participado como países invitados Australia, India, Corea del Sur y Sudáfrica.

La influencia del G7 en el mundo ya no es la misma que en el siglo pasado porque hay otros países que han crecido en capacidad económica y en población a lo largo del presente siglo y sobre todo por el auge de China como segunda potencia económica del mundo, lo que hace que las decisiones del G7 sigan siendo una referencia, pero no tengan la misma trascendencia que en el pasado.

Su desafío actual es mantener su relevancia a pesar de que los siete países representaban en los años setenta el 80% del PIB mundial y ahora ese porcentaje está por debajo del 40%. Durante la crisis financiera de 2008 ya se vio que para gestionar una respuesta global a un problema de tal magnitud que afectaba a todo el mundo se necesitaba un grupo de países mayor que el G7 y por eso los EE.UU. convocaron el G20, que había sido fundado en 1999 y este si incluye, además de los países del G7, a China y economías importantes como Brasil, India o Australia y representa el 85% de la economía mundial.

El hecho de que países importantes se reúnan para abordar asuntos de interés general siempre es bueno porque buscan soluciones a problemas que afectan a todos, fijan estrategias para el futuro y sus decisiones facilitan la gobernabilidad en otros muchos países.

Se han publicado algunas de las decisiones más importantes que se han adoptado en la cumbre celebrada recientemente, pero el total de las decisiones es mucho más amplio y ha cubierto ámbitos como la recuperación de la economía, los desafíos geopolíticos más importantes y la lucha contra la pandemia y el cambio climático. También se han reafirmado los valores comunes compartidos por los miembros del G7 y por los países invitados sobre democracia, libertad y respeto a la ley y a los derechos humanos.

Todo ello se ha discutido previamente en distintos grupos de trabajo con representantes de los países miembro y en reuniones preparatorias y a las decisiones aprobadas se les da continuidad en las reuniones de alto nivel que tendrán lugar a lo largo del presente año como las del G20, COP 26 sobre el cambio climático y COP 15 sobre biodiversidad.

La reunión del G7 también ha servido para dar una imagen de unión y fortaleza de Occidente junto con algunas democracias de Asia y otras partes del mundo, siendo una especie de mensaje indirecto a China que desde hace un tiempo está manteniendo una política en la que apela constantemente a la pérdida de influencia de Occidente en el mundo.

El G7 también ha hecho un llamamiento para que Rusia detenga sus interferencias en los sistemas democráticos de otros países, pidiendo al presidente Putin que abandone su comportamiento desestabilizador.

La pandemia global proporciona una oportunidad única al G7 para tomar medidas que ayuden a solucionar los problemas más importantes que tiene el mundo en la actualidad, pero China ya se ha apresurado a declarar que los tiempos en los que un pequeño grupo de países decidía el destino del mundo ya han pasado.

Un grupo así es necesario por reunir a las democracias más importantes del mundo, defender unos valores que comparten también muchos países y contrarrestar las tensiones crecientes de China y Rusia con Occidente. En estos momentos es más necesario que nunca su liderazgo y la búsqueda de soluciones que sean beneficiosas para el resto de los países.

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