El manifiesto

El Manifiesto nos retrae a aquellos años que cada fin de semana se firmaba uno a favor de esto y otro contra aquello

NO se alarmen lectores no trata este escrito de un revival de Karl Marx, aunque esté de moda y marcando tendencias políticas. Para eso se bastan un nutrido grupo de entusiastas que se presentaron a las recientes elecciones con el nombre de “Recortes Cero” y que paradójicamente no lograron ni un solo electo consiguiendo 46.487 votos ; el 0,18,% de los electores . No provocaron mucho entusiasmo estos nostálgicos de la cosa marxista, los ahora abajo firmantes del Manifiesto. Este domingo ya se habrán constituido los Ayuntamientos y los posibles pactos y acuerdos estarán desvelados. Ante las muchas dificultades para llegar a un entendimiento a millones de españoles “desinformados e incautos” sorprende la publicación en diarios nacionales el pasado domingo 9 de junio del Manifiesto que en cuatro páginas ofrecía una original perspectiva de lo que conviene a España y a los españoles según declaran los firmantes, entre otros; Julieta Serrano (actriz), Jiménez Villarejo( fiscal) Dolores Artiles (militante comunista), Julio Calvo (Juventudes de Unificación Comunista de España), Javier Ramírez (concejal PSOE), Charo López (actriz) Antonio Ontañón ( Asociación República y libertad) Kim Pérez (activista LGTBI) y así unos cientos de estudiantes, profesionales, activistas sociales, políticos, pensionistas, trabajadores, etc. Respetables todos.

La más gloriosa aportación del Manifiesto es reclamar a los partidos entenderse y pactar para formar gobiernos de “progreso” en toda España y en “defensa de la democracia”. Ellos solos, sin más ayuda que su intelecto y selecto espíritu resumen en tres puntos algo fundamental; excluir al PP y a VOX (por supuesto) de todas las negociaciones y en todos los posibles gobiernos de las Autonomías y Municipios. Estos genios han inventado , otra vez, la “democracia” neo comunista, es decir; el centro derecha y la “derechaza” !!fuera de la política por los siglos de los siglos¡!. De este modo se abre un espacio de “·progreso” de incalculable valor democrático porque caben todos los partidos políticos desde el PSOE hasta Unidas Podemos y todas sus franquicias. Es decir, la izquierda y la extrema izquierda comunista quedarían bendecidas por unos cientos firmantes rechazados en las urnas y que interpretan de modo certero , según ellos mismos, la España democrática y el resultado de las elecciones.

Leído con interés el texto del Manifiesto sorprende tanto talento desperdigado. Tal como en la física y en las matemáticas, puro reduccionismo lógico; para los firmantes el “progreso” agrupa a todos los partidos políticos excepto los que representan a media España. El conjunto de votos de PP y VOX en las recientes elecciones generales suman 7.033.196 que representan el 26,93% de la población con derecho a voto . Se trata al fin de ignorar el valor de millones de votos democráticamente expresados: No sé si esto suena a Venezuela, Honduras, ... y tantos otros países “democráticos” donde se disfruta del verdadero “progreso”. La democracia para los firmantes del Manifiesto es el sistema perfecto por el cual unos cientos de ciudadanos sin representación alguna pueden señalar una línea infranqueable entre el bien y el mal. Nadie que se aprecie demócrata podría pactar con el centro derecha y la derecha extrema. Lo de Unidos Podemos y todos los partidos, grupos , círculos y mareas claramente marxistas y extremos son bienvenidos a la España del siglo XXI porque de ellos y solo ellos es el futuro. Y puede que así será, pero al menos para no parecer anoréxico mental, un poquito de repaso a la historia viene de perlas. Lo que pretenden los firmantes, con todo su derecho, es volver a los años treinta del pasado siglo. Cabe imaginar que algunos de ellos conozcan lo que ocurrió en España entre otras causas por la incapacidad para el entendimiento entre el Frente Popular, (izquierda y extrema izquierda) con las varias derechas, Confederación de Derechas Autónomas (CEDA) y la derecha radical y extrema . Si, lo que estos firmantes reclaman ahora es similar a lo que vino tras las elecciones de febrero de 1.936. Y aquello acabó como acabó dando la razón a los versos de Machado sobre las dos Españas que helarían el corazón. la cuestión es que los mas ilusos creyeron que los españoles habían logrado ahuyentar los viejos demonios que atormentan nuestra historia. Y para ello nos dimos una democracia y una Constitución como bases y sustento de la convivencia y de la pluralidad. Sin pluralidad no hay democracia posible . Hace cuarenta años vivimos la llegada de partidos exiliados y represaliados de izquierda y extrema izquierda marxista; PSOE, PCE, PT,... etc,. Y recientemente se ha aceptado también la irrupción de partidos de ideología comunista y populista de extrema izquierda; PODEMOS y otros dieciséis grupos afines, lo sorprendente es que se rasguen las vestiduras los más exquisitos marxistas porque también quepan en esta democracia y coexistan otros partidos de la derecha tradicional, PP y derecha extrema, VOX, aunque esto no guste a muchos. Tampoco gusta a otros muchos la presencia e influencia de PODEMOS y sus franquicias y sin embargo no hay Manifiestos publicados que lo cuestionen por aquello de lo políticamente correcto.

De otra parte y volviendo al presente, este Manifiesto nos retrae con nostalgia a aquellos años que cada fin de semana se firmaba uno a favor de esto y otro contra aquello, lo que expresaba una pluralidad de pensamiento que daba un toque de modernidad. Recordar entre otros a algunos de los que firmaban; Julián Marías, Tierno Galván, Fernando Múgica, Álvarez de Miranda y tantos otros comprometidos con la democracia. Pero se echaba en falta algún manifiesto de este calado. Sin menoscabo de nadie encuentro muy devaluado este Manifiesto por no contar con la firma imprescindible de los Bardem, Almodóvar, Víctor Manuel, Ana Belén,... auténticos profesionales del manifiesto fetén . Sin ellos este Manifiesto queda en el discurso de Pepe Isbert junto a Manolo Morán en aquel balcón del Ayuntamiento de Villar del Rio esperando a Míster Marshall. Y claro, todo hay que decirlo, Julieta Serrano no es Maria Zambrano, ni Jiménez Villarejo es Jiménez de Asua, ni Miguel Ríos es Justino de Azcárate, ni Antonio Ontañón es Ortega y Gasset, ni ninguno se parecen a López de Ayala, a José Bergamín, a Sánchez Albornoz, a Fernando de los Ríos , ni a Gregorio Marañón. Estos voluntariosos firmantes son lo que son y representan lo que representan. Y uno tal vez sienta nostalgia por la calidad, pequeño detalle. por la ecuanimidad, otro detalle y por la sabiduría, detalle total.

En fin, ya se habrán constituido los Ayuntamientos, y estas voces del Manifiesto quedarán flotando en las intenciones de quienes “por el bien del pueblo” reclaman una exclusión marcadamente ideológica y claramente sectaria. El Manifiesto del siglo XXI, nueva versión de Karl Marx cuya sombra se agranda en estos días.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios