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Sepsis: en qué consiste esta enfermedad por la que María Guardiola está en la UCI

La fiebre es uno de los síntomas de la sepsis.

La fiebre es uno de los síntomas de la sepsis.

La sepsis es una disfunción orgánica grave que ocurre cuando el cuerpo responde de manera desregulada ante una infección, causando inflamación generalizada, por lo que se convierte en una emergencia médica que puede ser potencialmente mortal, si no se trata de manera oportuna. La sepsis puede surgir a partir de cualquier tipo de infección: bacteriana, viral, fúngica o parasitaria, pero las bacterianas son las más comunes.

El proceso de la sepsis comienza cuando una infección en una parte del cuerpo, como los pulmones, el abdomen, el tracto urinario o la piel, libera microorganismos y sus toxinas en el torrente sanguíneo. Esta diseminación desencadena una respuesta inflamatoria sistémica.

Una situación parecida ha vivido la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, quien fue intervenida quirúrgicamente por un "proceso infeccioso". Una vez que terminó la operación y durante el proceso de recuperación descubrieron que "la presidenta sufrió una sepsis", por lo que tuvo que ser atendida en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Cáceres donde "evoluciona favorablemente".

Síntomas de la sepsis

Los primeros signos incluyen fiebre, escalofríos, y taquicardia. Algo que, a priori, se puede confundir con otras patologías, por eso hay que estar muy pendientes ya que la sepsis es peligrosa y a medida que va progresando, los pacientes pueden experimentar otros síntomas como: 

  • Aumento del ritmo cardiaco, por encima de 90 pulsaciones
  • Elevación de la frecuencia respiratoria o dificultad para respirar
  • La temperatura corporal se eleva por encima de 38ºC o desciende por debajo de 36ºC ya que la piel se vuelve fría y pálida
  • Desciende la tensión arterial
  • Vómitos o nauseas
  • Reducción del volumen de orina
  • Confusión, somnolencia o pérdida de conciencia

Tratamiento

El tratamiento de la sepsis requiere una intervención médica rápida para poder controlar la fuente de la infección, el soporte hemodinámico y la modulación de la respuesta inflamatoria. En este sentido, también es necesario que sea inmediata la administración de antibióticos con los que combatir la infección. Una vez que se identifican los patógenos específicos a través de cultivos sanguíneos y otros estudios microbiológicos, los antibióticos se adaptan para que actúen sobre los microorganismos específicos.

El soporte hemodinámico es esencial para poder asegurar que los órganos reciben el riego sanguíneo de manera adecuada y, para ello, a veces es necesario la administración de líquidos intravenosos con los que se aumenta el volumen sanguíneo y, en algunos casos, el uso de vasopresores para elevar la presión arterial. El monitoreo constante en una unidad de cuidados intensivos es necesario para evaluar la respuesta al tratamiento y ajustar las intervenciones según sea necesario.

La sepsis requiere de un control minucioso porque también pueden surgir complicaciones y actuar en consecuencia. Esto incluye que haya que administrar oxígeno suplementario o ventilación mecánica para pacientes con insuficiencia respiratoria, diálisis para aquellos con insuficiencia renal y el uso de terapias para apoyar el corazón y otros órganos vitales que pueden estar en peligro debido a la sepsis. La modulación de la respuesta inflamatoria también puede incluir el uso de corticosteroides en algunos casos, aunque su uso debe ser cuidadosamente balanceado debido a los posibles efectos secundarios.

La prevención de la sepsis es otro aspecto crucial unas medidas que incluyen la vacunación contra enfermedades infecciosas, la adopción de prácticas de higiene adecuadas, así como el tratamiento oportuno y adecuado de las infecciones.

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