Semana Santa 2024

Abrucena conserva el sabor de la tradición en su Semana Santa

El Nazareno pasando por una de las estrechas calles de Abrucena.

El Nazareno pasando por una de las estrechas calles de Abrucena. / Diario de Almería

A veces es necesario alejarse de las grandes ciudades para reencontrarse con lo más auténtico. Con ese sabor a tradición que aún se conserva en los pequeños pueblos, donde las modas no han hecho presa de sus vecinos y se vive la Semana Santa de la misma manera que hace décadas. A veces conviene coger el coche, poner la vista en Sierra Nevada y detenerse, por ejemplo, en Abrucena, uno de esos municipios con solera.

En Abrucena se celebran procesiones cinco días: Domingo de Ramos, Miércoles Santo, Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección. El propio entramado de calles del pueblo condicionan el tamaño de los tronos, ya que para poder discurrir entre sus callejuelas estrechas deben tener un tamaño reducido. Eso le aporta un encanto extra, pues ver las imágenes pasar por ese laberíntico itinerario con casas encaladas de blanco es, sin duda, sorprendente para el visitante que lo ve por primera vez.

La primera de las procesiones es la del Domingo de Ramos, en la que los vecinos portan palmas (anteriormente se hacía con ramos de olivo, pero en los últimos dos años se han recuperado las palmas) y caminan hasta la iglesia de la localidad, donde se celebra posteriormente la misa.

Además, en 2023 contaron con una borriquita viviente, y la intención de los cofrades del pueblo es que este año vuelva a repetir, simbolizando así la entrada de Jesús en Jerusalén.

La siguiente fecha señalada en rojo es el Miércoles Santo. Por la tarde se celebra un viacrucis por las principales calles del pueblo, realizando parada en las catorce estaciones que narran la Pasión de Cristo.

Y así llegan ya los dos días grandes de la Semana Santa abrucenera. El Jueves Santo por la tarde se celebra la misa de la Última Cena y después la procesión en la que participan la Virgen de los Dolores y el Nazareno. Ambas imágenes recorren el tradicional camino del Calvario que encabeza el Cristo, seguido de la Virgen.

La Virgen de los Dolores de Abrucena. La Virgen de los Dolores de Abrucena.

La Virgen de los Dolores de Abrucena. / Diario de Almería

Además, la Hermandad de Los Discípulos portan una cruz vestida.

El Viernes Santo es el día de más actividad. Por la mañana se celebra la procesión del paso, en la que la Virgen de los Dolores y el Nazareno se encuentran en la plaza del pueblo.

Ya por la tarde se celebran los oficios de la Pasión y la posterior procesión del Sepulcro (de la Hermandad del Niño) y, de nuevo, la Virgen de los Dolores.

Por la noche, guardando un riguroso silencio, tiene lugar la procesión de La Soledad, en la que la Virgen recorre el pueblo acompañada de numerosas mujeres de mantilla.

Durante toda la Semana Santa, las procesiones tienen al acompañamiento musical de la Banda de Música de Abrucena.

El Sábado Santo por la noche tiene lugar la misa del Resucitado, en la que se enciende un brasero en la puerta de la iglesia y velas en la iglesia. Luego se lanzan cohetes, iluminando la noche, y se disparan salvas con las escopetas para celebrar que Jesús ha resucitado. Es esta una tradición bastante común en la zona pero que, sin duda, llama la atención de los foráneos. Una de esas costumbres que perduran y que dotan de una idiosincrasia especial a la Semana Santa de Abrucena.

Ya el Domingo de Resurrección finalizan las procesiones, cuando por la mañana salen a la calle El Resucitado y la que llaman “Virgen Chica”, la Virgen de la Candelaria. Es un día de júbilo en el que los abruceneros acompañan a los santos por las calles hasta la plaza, donde ambas se unen para posteriormente recorrer las calles de la localidad.

Se pone así fin a una semana de reencuentros, en la que aquellos oriundos de Abrucena que se fueron del pueblo regresan para disfrutar de sus tradiciones junto a los vecinos de siempre.

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