Semana Santa

Semana Santa de Almería: Macarena, radiante y guapa hasta con viento

Macarena avanza por la Plaza de Toros.

Amanece un día frio e inhóspito, parece que, en vez de ser primavera, nos encontramos en un típico día de invierno. El viento va arreciando y no amaina. Ante esta realidad climatológica, la Asociación de Hermandades y Cofradías, manda una nota informativa, indicando que se modifica la hora de salida de los desfiles procesionales de hoy miércoles. Será a las ocho de la tarde.

A esa hora, los alrededores de la Iglesia de San Ildefonso, son un hervidero de fieles. No solo las proximidades del templo, y por supuesto la calle Nuestra Señora de las Mercedes, sino parte de la Avenida de Vilches. Se notifica que se retrasa media hora más la salida. En esos momentos, se vive en un mar rumores, algunos se dan por válidos, otros son desdeñados por los propios devotos. A cinco minutos de la salida, se comenta que cambian el sentido de salida. Es tan creíble, que personas que llevaban desde las seis de la tarde, guardando sitio para la salida, salen en tropel para modificar su ubicación. Pero en esos momentos, sale la Cruz Guía y se dirige en sentido ascendente, así que la gente vuelve a sus sitios originales, como si nada de aquello hubiera ocurrido.

160 penitentes con túnica y capa de sarga en color blanco roto acompañan a los titulares. En el tramo del Cristo llevan botones, antifaz y cíngulo morado y dorado y en el de la Virgen verde y dorado. No se puede pasar por alto los zapatos con hebilla plateada que visten. El acompañamiento musical lo realiza la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora de la Caridad de Vélez Málaga (Málaga). Sus marchas, emocionan y sobrecogen.

Cuando sale Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, se hace el silencio. Y tan solo, al empezar a tocar los primeros acordes la Banda de cornetas y tambores de Santa Cruz, el gentío aplaude con fervor. La salida es impresionante, en la estrechez de la calle, el trono inmenso y dorado, que porta a Jesús maniatado y despreciado ante el pueblo junto al resto de figuras, se desplaza con movimientos ajustados al milímetro. El viento mece las plumas de los soldados romanos y la capa. Los adornos florales con rosas rojas dan profundidad a la escena.

Y cuando María Santísima de la Esperanza Macarena traspasa las puertas del templo el aplauso contenido, mana de las manos de los asistentes. Su presencia es magnífica. Ocupa el espacio y el tiempo, envuelve a los presentes en un momento de intimidad con la Madre. Las velas tintineantes, cual luciérnaga nocturna, resaltan sobre los claveles blancos y las frecsias y nos muestran una imagen realmente Divina. Las notas de la banda de música de Torredonjimeno (Jaén), ayudan a mantener un momento irrepetible.

En esta noche intempestiva, en la que la ausencia de lluvia, nos deja paso a fuertes ráfagas de gélido viento se han producido cambios de horarios y de recorrido, pero también se modifican las condiciones normales que se esperan dentro del desfile procesional. Asumiendo, por supuesto, que la más dura estación de penitencia es la realizada por los costaleros, ya que en su cuerpo llevan los signos de dicho esfuerzo, en estos momentos, hay que hacer una especial mención a dos grupos específicos. Debemos tener presentes a los pequeños nazarenos. La guardería no solo es más sensible al cansancio, sino también al frio. Por mucha ropa que lleven bajo sus túnicas, asumimos, que la ausencia del chaquetón les va a pasar factura. Y por supuesto, no nos podemos olvidar de las mantillas. Aunque siempre pasan algo de frío, asumen la incomodidad de los tacones, más o menos altos, y la presencia de la peina y la mantilla conlleva no pocos contratiempos, como pueden ser su colocación, las múltiples horquillas con su consiguiente dolor, el peso de la misma y la postura distinta a la convencional, que hace que sufran las cervicales… Todo esto es nada, respecto a lo que van pasar esta dura noche por las temperaturas. No es solo el frio corporal, sino los tiritones que conlleva, y el entumecimiento que produce. Por eso esta noche hay que vivir junto a todos ellos esta estación de penitencia, agradeciendo a Jesús de la Sentencia y a la Virgen Macarena la vida que nos han dado y pidiendo por todo aquello que pensamos que debe mejorar.

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