José Gomes, sensato en los momentos buenos y en los menos buenos, trató de recoger todas las campanas que se lanzaron al vuelo a la hora de comer del pasado sábado. Difícil tarea después de ver el nivel exhibido por su equipo frente al Alavés, un conjunto batallador de Primera. El resultado del Mediterráneo fue bueno, pero aún mejor la forma en la que el Almería encarriló el pase a octavos de final: con un gran fútbol y siendo muy superior a su rival tanto contra diez como contra once.

El 5-0 entra en la historia de goleadas encajadas por equipos de Primera División ante conjuntos de inferior categoría. Además, se convierte en la segunda mayor diferencia de goles de los rojiblancos contra su rival, después del 6-0 liguero del Almería de Casuco a un Xerez donde estaba Rubiales, presidente actual de la Federación Española de Fútbol.

Una mancha de mora, con otro verde se quita. Eso ha hecho el Almería. Una goleada que demuestra el buen momento rojiblanco, sin olvidar que lo importante es la Liga, y que también sirve para resarcirse de aquel vergonzoso 8-0 encajado por los rojiblancos de Fran Fernández en El Madrigal. Ocho también recibieron los jugadores de Juanma Lillo ante el Barcelona, pero aquello fue en Liga (en Copa se perdió en semifinales esa misma temporada con los azulgranas por 5-0 y 0-3).

Once goles ha marcado la UDA en esta Copa: 4 al Hospitalet, 2 al Numancia y 5 al Alavés

Deuda saldada, mancha borrada, afrenta reparada con la Copa del Rey. Ahora mismo el estado de felicidad está instalado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, por lo que Gomes hace bien en poner los pies sobre la tierra y recordar que cuando un equipo pierde la humildad, puede tirar por la borda todo el trabajo hecho hasta el momento. La semana comienzo con un sabor dulce, pero ahora hay que poner los pies en la tierra para recibir al Sabadell, equipo que también está en los libros de las goleadas indálicas.