UD ALMERÍA | Contracrónica

Si el Almería no le gana el sábado al Getafe será equipo de Segunda

Once de la UDA presentado por Mel ante el Villarreal

Once de la UDA presentado por Mel ante el Villarreal / Javier Alonso (Almería)

El no por esperado temido descenso matemático de la UD Almería podría producirse este sábado (16:15 horas) en caso de perder o empatar el choque ante el Getafe correspondiente a la 33ª jornada liguera. Si el conjunto de Pepe Mel no gana al de José Bordalás en el Power Horse, algo factible ya que no ocurre desde hace once meses (el 20 de mayo de 2023 ante el Mallorca) habrá consumado su pérdida de categoría a falta de cinco partidos por disputarse, independientemente de lo que hagan el resto de rivales en liza. 

Los números así lo indican. Con 14 puntos en la tabla los rojiblancos tienen la zona de permanencia a 17 de distancia, faltando 18 por disputarse. Celta de Vigo y Real Mallorca (a la espera de lo que los bermellones hagan esta noche en Sevilla) marcan esa cota con 31 puntos, respectivamente, por lo que una derrota o incluso un empate ante el conjunto azulón enviaría irremisiblemente a la división de plata a los indálicos delante de su afición sin necesidad de esperar a otros resultados. 

En caso de una hipotética victoria (sería la primera del curso como locales) ante un rival que a estas alturas de la competición ya tiene los deberes hechos, habría que esperar a lo que hiciera el Celta en su visita al Alavés (a los gallegos les bastaría con sumar un punto) y el Mallorca en su desplazamiento a Cádiz (si pierden esta noche en el Sánchez Pizjuán, pues de ganar los de Aguirre saldrían de la ecuación). Siempre y cuando la UDA se imponga, el trago de no descender en casa ante su parroquia podría eludirse, dilatándolo una jornada más, produciéndose con caasi total probabilidad con motivo de la visita al Rayo Vallecano. 

Lozano festeja su estreno goleador como rojiblanco ante el Villarreal Lozano festeja su estreno goleador como rojiblanco ante el Villarreal

Lozano festeja su estreno goleador como rojiblanco ante el Villarreal / Javier Alonso (Almería)

La pena es que los alicientes que restan antes de concluir el campeonato en clave rojiblanca se reduzcan a tres: constatar en qué jornada el descenso será matemático, intentar lograr la primera victoria en casa y eludir el farolillo rojo, empresa que se complica teniendo en cuenta que el Granada se ha ido a cuatro puntos de distancia. Como consuelo menor el equipo ofreció buena imagen ante el Villarreal en otro partido que acabó reflejando lo que ha sido toda la campaña, un continuo querer y no poder. 

Pepe Mel está haciendo esfuerzos de todo tipo para intentar aferrarse a una posible renovación y comandar así el proyecto del retorno a Primera, pero lo cierto es que el club sigue sondeando distintas posibilidades y esta vez quiere acertar en el nombre del nuevo inquilino del banquillo. La autocrítica interna apunta a una desastrosa pretemporada el verano pasado a las órdenes de Vicente Moreno como punto decisivo en la posterior zozobra. Por mucho que chirríe entre la afición, ese análisis de los motivos que han provocado el desastre no se centra tanto en los fichajes acometidos. 

El escudo para esquivar las balas es que son muchos los equipos nacionales y extranjeros que han mostrado ya su interés por fichajes de este curso como Marc Pubill, Luis Maximiano, Luis Suárez (se ejecutó la cláusula de compra), Dion Lopy, Iddrisu Baba, Sergio Arribas, el propio César Montes o incluso Bruno Langa en los últimos días, además de otros que ya acumulan tiempo en la entidad como Lucas Robertone y Largie Ramazani.

Reconstruir al equipo para Segunda no será un problema, pues la directiva podrá paliar en buena medida la gran inversión realizada el pasado verano con las salidas previstas. El quid de la cuestión será no fallar en el perfil del entrenador y acertar con futbolistas acordes a una categoría que no da tregua al que va sobrado. La propia UDA ya lo sufrió en sus carnes la campaña del último descenso con Alfonso García todavía al frente de la presidencia, cuando se tildó de 'trasatlántico' al equipo comandado por Sergi Barjuan y casi termina despeñándose a Segunda B. 

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