Almería B y Granada B disputaban un duelo de filiales en la zona baja de la clasificación. En un Estadio de los Juegos Mediterráneos casi vacío, lo que evidencia que el segundo equipo debería de jugar en otro campo que provocaría una mayor presión ambiental, Esteban salió con varios de los refuerzos invernales.
Los dos equipos salieron al terreno de juego mostrando mucho respeto, aunque la iniciativa era granadina. Llegada la primera media hora, no había habido ninguna oportunidad, ni tan siquiera un simple acercamiento a puerta. Por algo van los dos equipos como van. El Granada B trataba de jugar el balón, pero era incapaz de superar el entramado rojiblanco en el centro del campo, que buscaba contragolpear aunque con poco éxito. A los 35 minutos, Sergio fue el primero en intentarlo con un zurdado que se marchó desviado. Javi Moreno fue el siguiente en probar fortuna en la acción en la que se iba a lesionar el exrojiblanco Antonio Marín.
Poco tenía que ver el partido con el de la primera vuelta, donde sí que hubo goles y ocasiones. En los últimos minutos de la primera parte el filial almeriense tuvo la mejor oportunidad, en un remate acrobático de Toril, que se estrelló en el larguero. Para mejorar la puntería en la segunda parte, Esteban introdujo a Cristian Herrera tras el descanso.
Quiso salir a por el gol el Almería B, buscando algo más de velocidad de centro del campo hacia arriba. Javi Moreno se vino hacia el centro y el filial comenzó a jugar con más sentido, llegando por banda con claridad. Pero no había buenos balones en el área. El que sí que lo tuvo claro para marcar fue Rivas, pero incomprensiblemente no le dio con cabeza a un centro medido de Calo. Segundos después, nuevamente el atacante granadino probó fortuna con un disparo, que atajó seguro Jero. Cristian respondió por parte local, con un remate demasiado forzado en el segundo palo y Javi Moreno se inventó una fenomenal jugada, pero el balón le cayó a su diestra y su remate fue sencillo para el meta. Estaba mereciendo más el filial de Esteban.
Otra buena triangulación rojiblanca condujo a un centro de Javi Moreno que Toril no pudo rematar por milímetros. Estaba volcado el equipo de Esteban, exponiendo demasiado y corriendo el riesgo de comerse una contra. Pero el marcador no se iba a mover, el cansancio final terminó por decidir el encuentro.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios