La franquicia protagonizada por Sonic the Hedgehog se ha mantenido firme desde hace más de tres décadas con una lista considerable de videojuegos de los más variados estilos, desde plataformas a carreras e incluso deportivos, pero siempre manteniendo su “línea principal”. Compuesta principalmente por obras en dos y tres dimensiones, a menudo estos estilos se han combinado, dando como resultado el modelo llamado “2.5D”. Este es el caso de ‘Sonic Superstars’, la nueva apuesta de SEGA, en asociación con el estudio Arzest, en la búsqueda de aprobación por los seguidores de los “plataformas” y la intención de conquistar nuevas audiencias. En los últimos años hemos tenido muy buenos exponentes de la marca, como el nostálgico ‘Sonic Mania’ y el divertido ‘Sonic Frontiers’, pero ¿podrán continuar con su buena marcha a riesgo de implementar funcionalidades al formato clásico?

Un homenaje a sus referentes

‘Sonic Superstars’ no está dentro de ningún plan de remodelación, ni se considera a sí mismo una remasterización, sino una obra que se inspira y celebra su propia historia. La pantalla inicial a modo de ‘Sonic CD’ ya ofrece claras referencias a clásicos de gran éxito que conquistaron millones de corazones en épocas anteriores y, como en aquellos días, su historia sigue siendo directa. El Dr. Eggman está capturando y transformando animales en robots malvados. Depende de Sonic y sus amigos derrotarlos y salvar la isla, la diferencia es que el villano no está ejecutando sus planes en solitario, sino con la ayuda del cazador Fang -un personaje recogido de algunos clásicos de la franquicia- y de un misterioso colaborador. Juntos conspiran para capturar a los gigantescos animales de las Islas Northstar, con la siniestra intención de transformarlos en obedientes” Badniks”, siempre que tengan resultados en su audaz esfuerzo. Con este trasfondo tan definido, SEGA acierta vistiendo con un tono ligero una trama a la que están acostumbrados los jugadores clásicos, pero que al mismo tiempo puede resultar atractiva para nuevos públicos.

Una de las espectaculares escenas del juego.

El estilo del juego se cataloga invariablemente dentro de los plataformas y la mayor parte del tiempo nos moveremos a gran velocidad, aprovechando un elaborado diseño de niveles que ofrece mucha verticalidad. En realidad, recoge las bases establecidas en 1991 que hicieron del erizo azul antropomórfico un personaje tremendamente popular hasta el día de hoy. Aunque el título ofrece funciones interesantes y una amplia gama de estilos, su principal baza siempre han sido sus mecánicas y este sigue siendo el caso. La jugabilidad de ‘Sonic Superstars’ es fácil de aprender, precisa y variada a lo largo de las numerosas etapas del juego. En general lo hace muy bien reproduciendo su sentido frenético, pero nada agresivo, que ofrece como arsenal los ya famosos movimientos de Sonic y su “Drop Dash”. Además, ahora también tenemos la posibilidad de jugar con Tails, Amy y Knuckles, lo que hace que la exploración gane muchos enteros, puesto que han sido dotadas con sus propias mecánicas y movimientos. Tails puede girar su cola y desplazarse por el aire, Knuckles ejecuta su pose volando con los puños y Amy aprovecha una habilidad de doble salto, la cual representa la opción más adecuada para jugadores que tienen dificultades para completar zonas.

Un nuevo personaje

Tras dar por concluida la aventura principal, se revelará la identidad del misterioso socio de Fang, que inmediatamente se convierte en un nuevo personaje a integrar en el elenco de la franquicia. Con su propia campaña secundaria, Trip -que así se llama-, está dotado con saltos dobles y se puede pegar a las paredes, pero completar su historia exige un extra de habilidad. A todo esto, añade los personajes mencionados anteriormente y tendrás un rango inmejorable de acciones y movimientos para afrontar fases repletas de desafíos. No obstante, aunque ‘Superstars’ ha sido capaz de emular perfectamente las sensaciones que ofrecían los clásicos, está claro que no ha sido diseñado específicamente con este objetivo y aplica una serie de innovaciones al formato.

Una de sus novedades más interesantes es precisamente la figura de las “Chaos Emeralds”, que pasan de ser esas piedras místicas que últimamente se limitan a un recurso argumental a integrar elementos de juego que obtendrás tras adquirirlas durante las fases. Ahora cada “Emerald” desbloquea una habilidad única que te ayudará a derrotar jefes, escapar de un ataque crítico o solucionar algún problema que surja en pantalla. En total se reparten hasta siete esmeraldas, cada una de las cuales inyecta frescura y resultan útiles cuando se usan estratégicamente. Por supuesto primero debemos recolectarlas, lo cual se hace a través de nuevas etapas de bonificación a las que se accede mediante un "gran anillo" visible en la mayoría de los Actos. Descubrir todos sus secretos nos llevará a explorar los entornos a fondo. Pero no temas, puesto que el formato tiene un nuevo sistema de puntos de control y se ha creado una sala central, donde podemos seleccionar los actos que jugar, cambiar de personaje o repetir las etapas completadas en busca de nuevos desafíos y objetivos.

Zonas y Actos

Sin apartarnos de este tema, el videojuego presenta su formato clásico con Zonas y Actos, al final de los cuales nos espera un gran enemigo o jefe. Hay varios, incluidos, por supuesto, algunas reinterpretaciones de contendientes históricos. Algo parecido sucede con escenarios claramente inspirados en los clásicos de la serie. Comenzaremos en una nueva zona que recuerda a “Green Hill” y pasaremos por extensas áreas que implican mecánicas e interacciones inéditas en entornos dignos de aplauso. El modo multijugador es otro elemento de estreno y propone un cooperativo local para hasta cuatro jugadores, que agrega potencial de juego familiar. En el mismo plano podemos optar por el modo Batalla, que incluye partidas hasta ocho jugadores con vertientes tanto local como online. Aquí tenemos disputas competitivas rápidas que reúnen desafíos variados, desde carreras tradicionales hasta partidas centradas en la supervivencia o la recolección de objetos. Por ejemplo, las medallas son un nuevo tipo de coleccionable en ‘Sonic Superstars’ que sirven para personalizar los personajes que se utilizan en este modo social.

Una captura del juego

Banda Sonora O-genial

De la magnífica impresión que transmite el juego también tiene mucha parte de mérito su impecable apartado gráfico. Todos los personajes cuentan con muy buenos diseños y modelos 3D muy bien iluminados en colores brillantes y llamativos. Por no hablar de las carismáticas animaciones, construidas con mimo que se aprovechan de una profundidad de campo muy bien aplicada, lo que hace que el resultado sea un espectáculo para la vista. En cuanto al apartado acústico, existe consenso en la comunidad con el excelente trabajo de la mayoría de las bandas sonoras de la marca, todas ellas con temas memorables. En esta ocasión se repite la tradición y lo que ofrece el juego es una maravilla, con el viejo efecto de los anillos y esmeraldas, además de canciones inspiradas en las partituras más celebradas.

Conclusiones

Con una banda sonora genial, una faceta plástica que no le resta méritos y un sentido de la jugabilidad clásica excelente, ‘Sonic Superstars’ es una maravilla dentro de su especie. Es trepidante y complejo, como debe ser un buen juego con el nombre del erizo. Es sorprendente cuántos caminos y posibilidades tiene cada fase, y cómo todo se integra y fluye sin obstáculos gracias a un trabajo de diseño de niveles increíblemente elaborado y creativo. Las novedades no son intrusivas, aportan sus propios argumentos y son bienvenidas, como las “Chaos Emeralds”, que ganan un propósito en las mecánicas, un multijugador local que lo tiene todo para brindar excelentes sesiones de juego con familiares y amigos, mientras que el modo Batalla puede brindar algunas horas más de diversión (y personalización). Sin utilizar la nostalgia como pretexto, ‘Superstars’ resulta tan familiar y refrescante al mismo tiempo, que termina por proponerse como el mejor juego en 2.5D del personaje hasta la fecha.