Agricultura I Entrevista

Francisco Cáceres: “Ser un pulpileño en Sevilla me aporta darle valor al agua”

  • Este empresario almeriense amplió el negocio familiar de riego por goteo para abrir otro en San José de la Rinconada

  • Como en Almería, la sequía es un problema grave en tierras sevillanas

Francisco Cáceres, en la sede de su empresa en San José de la Rinconada.

Francisco Cáceres, en la sede de su empresa en San José de la Rinconada.

Son ya 35 años los que Riegos Cáceres Belmonte lleva instalando sistemas de riego por goteo en todo el levante almeriense. 35 en Almería y 22 en Sevilla, puesto que el pulpileño Francisco Cáceres decidió probar fortuna en San José de la Rinconada, pueblo sevillano donde hay una importante colonia de agricultores almerienses, y expandió el negocio.

–¿Cómo abre un pulpileño una empresa de riego por goteo en Sevilla?

–Estaba estudiando y me salió un trabajo en el año 94 en Sevilla y decidí venirme. Era una multinacional que abría en Andalucía, un fabricante de materiales de riego, y me vine de comercial a vender a empresas. Estuve cuatro años tras una formación importante, se trata de una empresa muy importante que hoy cotiza en bolsa y aprendí mucho. Después estuve en una empresa catalana y otra valenciana, también multinacional dedicada a la fabricación de materiales de riego como goteros, filtros... Al salirme, decidí ampliar la empresa y abrir una sociedad nueva el 1 de enero de 2001 en San José de la Rinconada. Es un pueblo famoso por su agricultura, con gente emprendedora. Aquí hay mucha gente que en el siglo pasado vino de Almería y Granada a trabajar en una azucarera que había, así como agricultores y labradores. La agricultura aquí es totalmente diferente a la de Almería por el clima y el terreno, tan sólo en Los Palacios hay algunos invernaderos.

–¿Qué hace Francisco a diario?

–Dependiendo de la época del año o del mismo año, hacemos instalaciones nuevas de riego en agricultura: bombeos, cabezales de filtrado, conducciones, goteros... o un mantenimiento del sistema. El día a día es organizar el trabajo en la empresa, donde estamos cinco personas, y priorizar las labores.

–El riego por goteo es fundamental para la agricultura sostenible.

–En mis primeros años en Sevilla también me pilló una época de sequía, que se acabó. Aquí veías los canales y el agua y los almerienses flipábamos. Poco a poco se han ido concienciado y ahora saben de la importancia de la gestión del agua. No lo tienen en vena, como en Almería, pero sí se dan cuenta de que es un bien preciado. Con el riego localizado se logra una mejor gestión: tienes un ahorro, gracias a un control y una optimización de este recurso tan valioso, que aumenta la calidad del producto agrícola que se riegue.

–¿Ser almeriense te aporta un plus agrícola?

–Me aporta el mantener ese valor por el agua. Hoy en día, cualquier cosa se difunde y se aprende por Internet, pero el carácter almeriense te hace ir a cerrar el grifo cuando ves que una gota se escapa.

“Hoy en día, todo se aprende por Internet, excepto la preocupación innata de ver un grifo gotear y correr a cerrarlo”

–¿Mantiene relación con la empresa que tienen en Pulpí?

–Somos los mismos socios y administradores: lo que se puede extrapolar de San José de la Rinconada a Pulpí o viceversa, lo hacemos. Pero no se cultiva igual, por lo que no se riega igual, no puedo copiar un sistema de riego aunque sea un mismo tipo de cultivos. Por ejemplo, si tú tienes naranjos en Almería, colocas un riego con goteo con gotero pinchado autocompensante; en Sevilla colocamos un gotero autocompensante integrado. Son técnicas diferentes porque aquí hacen unas temperaturas extremas en verano, en Almería no tantas; aquí hay humedad por la mañana y allí no... Son formas muy distintas.

–¿Qué tipo de cultivo trabajan?

–Sobre todo arboleda: naranjos, almendras, caqui, ciruelos, melotocón... Luego pasamos a patatas, algodón o maíz, aunque éste es casi residual porque apenas hay ya agua. También trabajamos con empresas muy innovadoras tanto públicas como privadas, pasando por la Universidad de Sevilla y su Escuela Técnica de Ingerios Agrónomos, o a centros de la Junta de Andalucía como el IFAPA y empresas internacionales como Corteva.

–¿Es más acuciante la sequía en Almería o en Sevilla?

–Las necesidades son las mismas, lo único que las extensiones son mayores aquí, por lo que se necesita más cantidad. En Pulpí hay mucha arboleda, pero aquí la Vega del Guadalquivir es mucho más grande. Toda la vega desde Sevilla hasta Córdoba está puesta de arboleda y unos naranjos, por ejemplo, necesitan 5.000 metros cúbicos al año y han dado una dotación de 700. Este año hay una producción mínima, mala de calidad porque no había agua. Igual que en mi tierra, que no hay al haber cortado el trasvase. Aquí nos hemos dado ya cuenta de lo que vale el agua, hay fincas a las que llegas y te entran ganas de llorar por lo secas que están.

“Aunque tengamos cultivos parecidos, las técnicas de riego son muy diferentes entre Pulpí y San José de la Rinconada”

–¿Qué le dice su familia de la situación hídrica del levante almeriense?

–Que hay mucha necesidad de agua. Allí están las infraestructuras hechas y el agua no llega: el trasvase cortado, las desaladoras no desalan... Pasa más por tema político que por tema técnico. Conocemos muchas grandes empresas pulpileñas, exportadoras, que han tenido que decir no a muchos contratos de producción para este año al no disponer de agua.

–¿No le han entrado nunca ganas de volver a su tierra?

–Llevo viviendo en Sevilla 30 años, más cuatro que estuve estudiando. Y voy camino de 52, ¡echa la cuenta! Es verdad que se echa de menos a la familia y a los amigos de la juventud, pero estamos a cuatro horas. Mi mujer es pulpileña y mi hijo es rinconero. Él tiene mucho vínculos con Pulpí y está deseando ir a la Feria de San Miguel y en verano, pero tiene hecha la vida aquí.

–¿Va a seguir expandiendo la empresa por más rincones de Andalucía?

–No, no quiero más, pero tampoco menos. Esa es mi frase de los últimos años. No es nuestra política. La forma de vida cambia, el mundo es muy exigente y tienes que dar un muy buen servicio, y todo lo que sea expandirse cuesta. El otro día estaba corriendo el Maratón de Berlín y me llamó un cliente para decirme que tenía una avería y que a ver cuándo iba a ir. Intentar coger más clientes y no poder dar nuestro buen servicio, de lo que estamos muy orgullosos, es algo que no concibo.

Francisco, a la izquierda, con gorra azul, junto al almeriense Pablo y al sevillano Raúl, de su mismo club, en el Maratón de Berlín. Francisco, a la izquierda, con gorra azul, junto al almeriense Pablo y al sevillano Raúl, de su mismo club, en el Maratón de Berlín.

Francisco, a la izquierda, con gorra azul, junto al almeriense Pablo y al sevillano Raúl, de su mismo club, en el Maratón de Berlín.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios