El Poniente mostró ayer su cara más solidaria con Sergio Soria, un joven roquetero con una enfermedad de las denominadas raras, que necesita fondos para estudiar su situación, puesto que de momento no han dado con el síndrome, aunque creen que es Kabuki. El joven roquetero de tres años fue ayer el gran protagonista en la plaza de toros del municipio, donde se celebró un Grand Prix en su honor.

Algo más de un cuarto de entrada, lo que supone unas tres mil personas, acudieron ayer al graderío del coso taurino para aportar su granito de arena con la familia y disfrutar de una tarde divertida y donde las risas fueron un denominador común. El Grand Prix, programa que se hizo famoso en la televisión de la mano de Ramón García, reunió a distintos gremios laborales sobre la arena de la plaza. Policías locales, bomberos, agricultores, estudiantes mecánicos y guardia civiles formaron diferentes equipos para superar pruebas y sumar puntos en torno a la victoria final. Pero como en todo programa, había una vaquilla escondida. Y ésta no era de carne y hueso, sino de hojalata para que las embestidas fueran más suaves.

Risas, palmas, caras de alegría y felicidad rebosaron en la plaza de toros, que ayer mostró su cara más solidaria para ayudar a este almeriense. Su familia, agradecida, seguirá luchando por su hijo para que los médicos detecten de una vez su enfermedad y hacerle así la vida lo más cómoda posible.