Mäs de 1.300 menores de edad que han tenido que ser ingresados por diferentes patologías en el Hospital Materno Infantil de Almería han podido seguir su aprendizaje y su curso escolar gracias a las tres aulas hospitalarias de las que dispone el complejo hospitalario de referencia de la provincia. Son cifras del pasado curso escolar 2021-2022 (las que el hospital tiene cerradas hasta el momento). Así lo han avanzado a Diario de Almería fuentes del propio hospital, desde explican que el Hospital Materno Infantil Torrecárdenas cuenta con un equipo docente compuesto por seis maestras. Cada una de ellas se encarga de llevar a cabo la atención educativa en una Unidad de Gestión Clínica de referencia: alumnado con enfermedades crónicas que requieren largos procesos de hospitalización, alumnado con enfermedades agudas, caracterizadas por los ingresos cortos, unidad de diálisis infantil, la unidad de Oncohematología Pediátrica y dos unidades de Salud Mental Infanto Juvenil: una de hospitalización completa y otra de hospital de día.

El aula hospitalaria es un servicio de atención educativa en el hospital dentro de la Unidad de Educación Compensatoria. Se denomina Compensatoria porque es la que intenta paliar las dificultades por las que un niño/a no puede acceder a la enseñanza, en este caso los procesos de enfermedad y la hospitalización. La atención educativa en aula hospitalaria requiere de una coordinación fluida con el centro educativo de referencia del alumnado para asegurar una continuidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje sin fisuras y garantizando el Principio de Calidad de la Enseñanza.

El delegado de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, Francisco Alonso, junto con el delegado de Salud y Consumo, Juan de la Cruz, acudieron ayer al Hospital Universitario Torrecárdenas en la capital almeriense para conocer y dar apoyo a las profesionales docentes que atienden a los niños hospitalizados en la unidad de Oncohematología y en el resto de unidades de Gestión Clínica de Pediatría. En el hospital han sido recibidos por el director gerente, Manuel Vida, el subdirector gerente, Felipe Cañadas y el equipo médico de pediatría. También se ha sumado a la visita Rosa Onieva, presidenta de la Asociación Argar Padres de Niños con Cáncer.

En la Unidad de Oncohematología, la docente encargada del aula es María del Mar Bautista, una maestra volcada con el alumnado y las familias desde el curso 2015-2016 cuya labor es fundamental para poder sobrellevar y entender el proceso por el que pasan. Esta maestra realiza un trabajo encomiable que comienza con el diagnóstico del niño por parte del equipo de médicos. A partir de ahí, los especialistas sanitarios la autorizan a hablar con los padres y con el centro educativo de referencia para iniciar un proceso coordinado entre las partes. “Tiene que ser un trabajo muy coordinado, fluido y diario con los centros de nuestros niños”, como señala la docente, quien explica que “los alumnos de las aulas hospitalarias trabajan, en la medida de lo posible, los mismos contenidos que sus compañeros”, teniendo en cuenta que hay que “respetar los tiempos y el estado de nuestro alumnado”, como explica la docente.

Una atención educativa "fundamental"

El delegado educativo ha manifestado que “la atención educativa para los niños hospitalizados es fundamental para evitar el retraso que pudiera derivarse de la situación que viven”. Además, ha felicitado a la docente por su trabajo diario y por el libro que ha escrito, El mejor equipo, ya que “supone un alivio para las familias encontrar respuestas tras el impacto que supone recibir un diagnóstico de cáncer”. También ha puesto en valor la implicación y empeño del resto de maestras por su “profesionalidad y sensibilidad” con las que llevan a cabo su tarea educativa.

El delegado territorial de Salud y Consumo ha destacado “la labor que realizan los profesionales de Educación y Salud en las aulas de nuestros hospitales garantizando el acceso a la enseñanza a aquellos niños que por patologías oncológicas y otras enfermedades necesitan permanecer en el hospital durante largos períodos”. Belmonte ha señalado que estas aulas contribuyen a reducir los efectos negativos derivados del aislamiento que produce la enfermedad mediante la continuidad de las actividades escolares. Además, ha apuntado que “favorecen los procesos de relación y socialización de los alumnos, tan necesarios para su desarrollo”.