Talento

Es una constante que los empresarios alerten sobre que no encuentran los perfiles que demandan en sus compañías

Actuación musical en el acto de entrega de los XV Premios Andaluces del Futuro, el pasado jueves.

Actuación musical en el acto de entrega de los XV Premios Andaluces del Futuro, el pasado jueves. / Juan Carlos Muñoz

ES una constante: los empresarios alertan una y otra vez de las dificultades que tienen en sus compañías para contratar los perfiles profesionales que demandan ahora. Captar y retener talento.Esta misma semana y en dos actos organizados por la empresa editora de este periódico, el talento ha sido protagonista.

El pasados martes, en el Foro Perspectivas Empresariales, de la mano del Santander, dos de los principales ejecutivos que hay en Andalucía –Antonio Somé, CEO de Persán, y Germán del Real, director general de Ayesa en España– coincidieron en alertar de que cuesta mucho cubrir vacantes. También el jefe de la patronal, Javier González de Lara, no se cansa de repetir esa demanda y enfatizar la paradoja de que haya puestos sin cubrir en una comunidad que tiene una tasa de paro demasiado alta, y aún más, de desempleo juvenil.

Un par de días después, esta vez de la mano de Caixabank, en la entrega de los XV Premios Andaluces del Futuro –unos galardones creados para visibilizar la excelencia de la juventud andaluza en Ciencia, Empresa, Deporte, Acción Social y Cultura– el talento volvió a ser el protagonista absoluto.

No sólo el talento de seis jóvenes (los premiamos como deportistas son dos hermanos gemelos) ejemplares, sino el que representan unas generaciones que, en muchos casos, por falta de oportunidades, han tenido que marcharse de Andalucía. Talento perdido que hay que tratar de recuperar cuanto antes.

Detrás de esas carencias y ese éxodo está la Educación. Del Real dijo ante decenas de empresarios que en Formación Profesional se está avanzando –un empeño en que lleva años también el presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, especialmente en su modalidad dual–, pero empieza a ser preocupante que los planes de estudio de las universidades públicas estén obsoletos respecto a la demanda de las empresas y que son las privadas quienes están reaccionando con celeridad.

Choca bastante que sean los empresarios, que son quienes crean y redistribuyen la riqueza que genera la productividad de los españoles, los que tengan que llamar una y otra vez la atención sobre el desajuste entre oferta y demanda laboral y que señalen al sistema educativo como la causa.

Este sanísimo debate sobre el talento ha coincidido con la campaña electoral. En 40 años de democracia recuperada, quizá el mayor fracaso como sociedad es la incapacidad del poder político para fijar un sistema formativo que prevalezca por encima de la alternancia en el poder y sus leyes educativas excluyentes. Es hora de rectificarlo.

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