Me he hecho viral | Crítica

Por fin una buena comedia española

Miguel Rellán y Blanca Suárez en una imagen del filme.

Miguel Rellán y Blanca Suárez en una imagen del filme.

Con media industria audiovisual volcada en el género y Santiago Segura y sus satélites en la cima de las cifras anuales de taquilla a cambio de muy poco, habíamos perdido ya toda esperanza en la comedia española cuando esta Me he hecho viral ha llegado en pleno veroño para desentumecernos las mandíbulas, conectarnos con cierto espíritu popular y volver a creer en el potencial de nuestros guionistas e intérpretes.

No exagero si digo que hacía tiempo que no veía un guion (firmado por Araceli Gonda) tan bien medido desde su premisa inicial, unos personajes tan bien trazados y repartidos en su relevo coral, o un cúmulo de situaciones y equívocos tan bien engarzados, condensados y, sobre todo, resueltos.

Al frente, Jorge Coira, director Código Emperador y con larga experiencia en la televisión (El comisario, Hierro, Rapa), saca petróleo rítmico y tonal de esa caída sin fondo de una joven profesional (Blanca Suárez, en su mejor salsa) a la que un vídeo de una gresca matrimonial en pleno vuelo dispara a una indeseada popularidad mediática a la que se suman, casi a uno nuevo por secuencia, toda una serie de despropósitos, meteduras de pata y malentendidos, de la falsa muerte del padre a la reubicación de media familia en su piso de pareja pasando por el vaciado de las cenizas de una urna en el váter de un bar, que no dejan de proporcionar nuevas e hilarante situaciones cuando uno hubiera esperado el desfallecimiento o el repliegue.

Suárez se echa a las espaldas el screwball 3.0 pero sus acompañantes en la función tampoco tienen desperdicio: del desternillante padre recuperado que encarna Miguel Rellán al hermano gamer que incorpora Daniel Fez, sin olvidar a las dos amigas-consejeras que interpretan Cristina Gallego y Esperanza Guardado o al fisioterapeuta enamorado de Enric Auquer.