Baloncesto

Gasol y Bryant mantuvieron la hegemonía en la NBA y Durant reconquistó el Mundial para EEUU

  • Los Lakers ganaron su segundo anillo consecutivo en 2010. Estados Unidos volvió a reinar en el baloncesto con un equipo sin 'megaestrellas' en Turquía.

Kobe Bryant y Pau Gasol lideraron la defensa del título de la NBA de Los Angeles Lakers en un año 2010 en el que a pesar de la ausencia de las megaestrellas, Estados Unidos reconquistó el oro mundial gracias a Kevin Durant.

Los Lakers necesitaron los siete partidos de la serie para tumbar finalmente el 17 de junio a su rival más tradicional, los Boston Celtics. Encabezados por Kobe Bryant, los Lakers conquistaron la decimosexta corona en la liga y la tercera frente a su rival verde.

Bryant, elegido el Jugador Más Valioso de la final, obtuvo su quinto anillo de campeón, una hazaña que comparte ahora con otras cuatro estrellas históricas de los Lakers: Magic Johnson, Jerry West, Wilt Chamberlain y Kareem Abdul-Jabbar. En los siete tensos partidos de la final promedio 28,5 puntos.

Para el técnico Phil Jackson fue el decimotercer trofeo de campeón: once de ellos como entrenador y dos cuando vestía el uniforme de jugador.

Pero los Lakers no son sólo Bryant y Jackson. Desde la llegada del pivot español Pau Gasol, el equipo ha jugado tres finales seguidas y lleva dos anillos. Pauwer es ya casi tan decisivo bajo el aro como lo es Bryant desde el perímetro.

 "El título es muy dulce y maravilloso, especialmente cuando ganas a Boston por la rivalidad y la historia de las franquicias", señaló Gasol tras la final.

"Hemos crecido como equipo y a nivel individual. Ganar dos anillos consecutivos es algo bastante complicado, estamos orgullosos de ello", agregó.

El propio Jackson no puede reprimir ya los elogios a Gasol: "No podríamos haber ganado sin él".

Los Lakers volverán a ser los grandes favoritos en 2011, pero su hegemonía aparece amenazada por Miami Heat, que al acabar la temporada realizó uno de los mayores movimientos de la historia del mercado al contratar a los agentes libres LeBron James y Chris Bosh, que se suman a Dwyane Wade para formar los Big Three, cuya intención es que el trofeo de campeón cruce todo el país, de California a Florida.

James, Wade y Bosh son superestrellas que como Bryant decidieron no acompañar a Estados Unidos en su misión de recuperar el oro en el Mundial de Turquía en septiembre.

 Para fortuna del equipo estaba Durant, cuya presencia en una franquicia menor como Oklahoma City Thunder no impide que sea uno de las grandes astros.

 Era el turno del equipo B. Y no falló. "Lo que diga la gente sobre si somos un equipo B o sobre si somos favoritos no importa", afirmaba antes del torneo el técnico Mike Krzyzewski, uno de los artífices de que Estados Unidos fuera un conjunto y no un grupo de individualidades.

Pero sobre todos sobresalió Durant. Con su media de 22,8 puntos por encuentro, el alero de 22 años se convirtió en el anotador más prolífico en la historia de su país en una competencia internacional, al igual que con sus 38 puntos en la semifinal ante Lituania.

La temporada anterior había conducido a los Oklahoma City Thunder de la NBA a los playoffs tras convertirse en el máximo anotador (30,1 puntos) más joven en la historia de la liga.

En Estambul sumó un nuevo logro personal al ser elegido mejor jugador del torneo (MVP). En su primera final, Turquía, el anfitrión, soñaba con extender su fiesta, pero el mago de Washington arruinó los festejos con 28 puntos y logró lo que nadie pudo en todo el Mundial: silenciar al bullicioso público turco.

Estados Unidos y Turquía disputaron la final de un certamen al que faltaron también grandes estrellas europeas.

España, defensor del título, no pudo contar con Gasol y fue eliminada en cuartos de final por Serbia con un lejano triple en el último segundo de Milos Teodosic.

El campeón de Europa y sucampeón olímpico puso fin a una racha de dos títulos y cuatro finales seguidas en grandes eventos, y para el futuro está obligado a retocar algunos peones de un equipo aún con recorrido.

Más complicado lo tiene Argentina, cuya generación dorada, la que logró el título olímpico en Atenas 2004, se presentó en Estambul cargada de años y sin Manu Ginobili ni Andrés Nocioni.

Sin relevo a la vista, el equipo dependió en exceso de un sublime Luis Scola. "Me encantaría que hubiera tres o cuatro con más de 15 puntos, porque lo que quiero es ganar partidos, y sería más fácil si tuviéramos más opciones", repitió el jugador de Houston Rockets durante el torneo. En cuartos, Lituania lo frenó y con ello, Argentina se desmoronó.

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