UD ALMERÍA | EL ACTA DE VIVANCOS

Once como Luis Suárez

  • El Almería quedó bien sin más ante el Madrid, convirtiéndose en un equipo amable que le intentó jugar de tú a tú al equipo de Ancelotti

  • Los locales defendieron con medio equipo diseñado para el ataque

  • El delantero colombiano, la nota positiva destacando tanto en el aspecto defensivo como en el ofensivo

El delantero colombiano conduce un balón en el encuentro ante el Real Madrid

El delantero colombiano conduce un balón en el encuentro ante el Real Madrid / Javier Alonso (Almería)

Si ante el Rayo Vicente Moreno nos sorprendió con un esquema e idea similar a la de su antecesor en el banquillo, frente al Real Madrid volvió el técnico rojiblanco a incidir en el mismo concepto, con el agravante de tener enfrente a todo un Real Madrid con su equipo de gala. De nuevo, delanteros por doquier sobre el césped del Power Horse y una defensa de cuatro. Si uno contrasta opiniones de la afición y parte de la prensa, se le otorga a la UDA un notable generalizado dadas las circunstancias, pero el que redacta estas líneas piensa que el Almería quedó bien sin más, convirtiéndose en un equipo amable que le intentó jugar de tú a tú al Madrid, incluso intentando sacar el balón jugado desde atrás, como si fuera el City. La manera de haber quedado tan mal como Getafe ante el Barcelona, con el objetivo de al manos haber sumado un punto, habría sido la de prescindir en el once inicial de, mínimo, un delantero para reforzar el centro del campo o completar una zaga de cinco defensas, con tres centrales. Al final, la UDA tuvo que defender con medio equipo diseñado para el ataque. Y para dicho ataque se tenía que haber apostado por el juego directo (así vino el tanto de la pasada victoria ante el Barça).

El Getafe mostró el camino para arañar ante los grandes, pero Moreno, contrariamente a lo que uno pensaba (puede que la directiva también) está escogiendo otra vía que ya conocemos por estos lares, con escasa garra y ausencia de mala uva. Aun con todo, los jugadores dieron la cara, amén de los errores individuales. El caso es que el Almería lleva dos partidos que, afrontados de otra forma, se podría haber puntuado. Dentro de esta UDA tan simpática con su casillero de puntos a cero, aparece la enorme figura de Luis Suárez, presionando en todo momento, metiendo el pie con mala saña si fuera preciso, incomodando al rival y jugando de forma vertical, o sea, la antítesis de su propio conjunto. El colombiano llamaba constantemente a sus compañeros para que lo secundaran en su presión, pero solo se quedaba en sus deseos.

A nivel individual, varias puntualizaciones de todos los colores. Empecemos por lo mejor, la aparición de Pubill. Vaya lateral derecho que ha contratado la UDA, de presente y sobre todo de futuro. Se le adivinan unas cualidades extraordinarias. Baba mejoró con respecto a su primera aparición frente al Rayo, y esa es una buena noticia. Arribas apunta alto, siempre y cuando la situación se lo permita. Ante su exequipo la clavó en una jugada directa y de poca elaboración que se tendría que haber repetido varias veces durante el choque, pero la consigna fue, como antes indiqué, sacar el balón jugado desde atrás frente a un equipo tan superior como el Madrid. En fin...

Uno de los que dio la nota negativa fue Maximiano, seguro en sus primeras acciones y catastrófico en la segunda mitad. Cuando su equipo parecía que equilibraba el juego para hacer justicia en el empate reinante en el marcador, cometió el meta un error imperdonable, saliendo a por uvas cuando apenas podía rematar Bellingham en una posición muy forzada. Si Maximiano hubiese permanecido bajo palos, habría atajado el flojo testarazo plácidamente. Ahí se empezó a romper definitivamente el partido. El nuevo arquero acaba de llegar y lleva tiempo sin ser titular, pero para este partido Fernando era el indicado por varias razones; ya ha demostrado lo que puede parar ante un grande y sobre todo por no enrarecer el ambiente en el vestuario. Tiempo habría tenido el meta luso de aclimatarse y de ser titular en su momento. Tampoco hay que olvidar la pasividad de Akieme en defensa, su punto débil, y la preocupante inacción de Édgar, que observaba la acción a escasos milímetros. Entrenador y central dirán que rinde donde actualmente está compitiendo, pero me gustaría verlo algo más adelantado. Uno por otro, pero el encuentro se decidió en el mejor momento para la UDA por errores muy graves (no vistos con Ely o Babic en el juego aéreo). No uno, sino dos centrales tendrían que arribar todavía.

La postrera presencia de Koné y de un buen Arnau le vino bien a su equipo, pero ya era tarde. A colación del exceso de delanteros, nos hemos encontrado con la peor versión de Embarba en las dos primeras jornadas, premiado con la disputa de todos los minutos hasta la fecha. La presencia de Lopy, en detrimento del extremo madrileño, habría aumentado el músculo en la parcela central, que ante los grandes se convierte en un elemento de extrema necesidad. El mercado sigue abierto y la necesidad de dos centrales, otro centrocampista creativo y de otro delantero se hace patente, amén de las ventas que se pudieran realizar que deberían ser reemplazadas. En Cádiz empieza a ser importante olvidarse de dar buenas sensaciones y rascar puntos como sea, porque se corre el peligro de verse ahí abajo, y es cuando los nervios bloquean las virtudes. Ojo al dato.

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