La victoria del Almería frente al Logroñés (2-1), primera en el Estadio de los Juegos Mediterráneos en tres meses (no se ganaba desde el 27 de febrero, ante el Lugo por 4-1) deja muchas lecturas. Algunas ya se hicieron al término del encuentro, principalmente las encaminadas a señalar la pasmosa facilidad del equipo para generar ocasiones de gol, pero también para conceder regalos en defensa. 

En esa búsqueda de Rubi por encontrar el equilibrio en mitad de la mini pretemporada que realiza para preparar al plantel de cara a las eliminatorias de ascenso el técnico catalán podría haber encontrado una solución inexplorada hasta la fecha: César de la Hoz. 

La baja de Samú Costa por sanción facilitó que el de Vilasar de Mar apostase por darle una oportunidad al centrocampista cántabro ante el conjunto riojano y lo cierto es que De la Hoz no decepcionó. Como mediocentro posicional liberó a Manu Morlanes para que el maño se dedicase a lo que mejor sabe hacer, filtrar pases para la delantera. A los dos minutos una mágica asistencia suya la convertía Sadiq en el 1-0.

Rubi podría haber optado como en otras jornadas por el serbio Radosav Petrovic, pero esta vez prefirió al de Marina de Cudeyo y cuajó una notable actuación. Es De la Hoz el típico futbolista de equipo que realiza el trabajo gris para que puedan brillar los demás, ese al que nunca apuntan los focos, que rara vez alcanza el sobresaliente pero que tampoco suspende nunca. 

Esa cualidad podría ser muy beneficiosa de cara al play-off de ascenso y ahora se abre el debate sobre la conveniencia de mantenerlo en el equipo para afrontar la primera eliminatoria la semana que viene o recuperar a Samú Costa, que a lo largo de la temporada ha formado una dupla de lujo con Morlanes. ¿Y por qué no un trivote con el maño como enlace? 

Lo cierto es que la llegada de Rubi pilló al portugués con el pie cambiado. Una lesión le impidió estar en su debut en el banquillo ante el Oviedo y tampoco viajó a Tenerife ni jugó contra el Albacete. Reaparecía en Cartagonova y las cosas no marcharon según lo previsto, viendo su decimoquinta amarilla, lo que le privó de jugar el decisivo duelo ante el Logroñés. 

Las dudas pueden asaltar ahora a Rubi en una posición que parecía tener dueño asegurado, pero la afición rojiblanca ya se pregunta si la experiencia de De la Hoz podría ser un grado de cara a los trascendentales partidos que se avecinan. De momento el preparador catalán se deshizo en elogios hacia el cántabro en rueda de prensa y De la Hoz agradeció la oportunidad confesando sentirse en un gran estado de forma. Ahora falta ver qué determinación adopta el técnico.