Fútbol I Entrevista a Antonio Tapia, entrenador del ascenso del Poli Ejido

“Hace poco les puse el gol de Patri al Calahorra a mis hijos”

Antonio Tapia da órdenes en uno de los partidos del Poli Ejido de la temporada 2000-01, la del ascenso.

Antonio Tapia da órdenes en uno de los partidos del Poli Ejido de la temporada 2000-01, la del ascenso.

Tan cortés y amable por teléfono como cuando se sentaba en la sala de prensa de Santo Domingo. El talante de Antonio Tapia no cambiaba ni con las victorias ni con las derrotas, como no ha cambiado con el tiempo. Ahora, jubilado y disfrutando de la familia, ve el fútbol de otra manera y será una de las leyendas celestes que esté mañana sábado en Santo Domingo.

–¿Qué es de su vida?

–No puedo quejarme, de salud muy bien y con bastante tiempo libre, con vida de jubilado: haciendo mucho deporte y dedicándole el tiempo que no pude a la familia, en concreto a la nieta que acabamos de tener. También sigo de cerca la actualidad futbolística, comentando algún que otro partido del Málaga.

–El gusanillo del fútbol sigue estando ahí.

–Es mi pasión, de hecho sigo jugando en los veteranos con el Fuengirola de fútbol-7. Ahora subo menos la banda, pero sigo compartiendo buenos momentos con los amigos de la infancia.

"Fue desagradable la desaparición del Poli Ejido, pero ahí está su legado y eso nadie lo va a poder borrar”

–No sé si habrá marcado algún gol con los veteranos como el de Patri al Calahorra...

–Bueno, yo soy otro perfil, más defensivo [ríe]. El gol de Patri lo recuerdo con mucho cariño, hace poco se lo puse a mis hijos. Les comentaba que lo habíamos hablado, el portero se movía detrás de la barrera y Patri tuvo el buen hacer de meterla por la escuadra del palo del portero. Ese gol fue de el más importante de mi carerra y de la historia del Poli Ejido.

–¿Qué sentimientos le afloran en su fiel al recordar el gol?

–Celeste, sólo el celeste. El gol me crea un aura de energía positiva, el tiempo que estuve allí tuve la fortuna de compartir vivencias en lo deportivo y lo personal, que me resultaron entrañables. A la mente sólo se me viene el celeste, ya te digo.

–El gol de Patri es la guinda del pastel, pero Antonio tiene muchos más recuerdos positivos de aquella época.

–Para mí el ascenso más importante fue el de Tercera a Segunda B, para lo que me contrató el Poli Ejido. Todavía tengo en la retina el golazo de Cisco ante el Albacete B en el último partido de liguilla, una vaselina magnífica en la portería de entrada al estadio. Y el gol de Cano de penalti, que le hicieron a Ríos. Fue una victoria importantísima. En Segunda B el objetivo era consolidar el equipo y tuvimos la fortuna de ascender a Segunda A. Fueron años maravillosos, había una sintonía especial.

–¿Cómo era el fútbol y el momento social que usted vivió en El Ejido?

–El fútbol era mucho más familiar, muy cercano, no estaba tan mercantilizado. Era más un sentimiento que una profesión. Recuerdo la relación con el aficionado, con la directiva. Los viernes por la noche nos reuníamos en el Restaurante Mediterráneo con el presidente, Gabi, y algunos directivos. Aquello era una familia, te generaba un sentimiento de pertenencia. Tuve que hacer un esfuerzo personal grande, pero al final me compensó porque mi familia y yo guardamos un recuerdo maravilloso, sobre todo quiero acordarme de los que ya no están como Pepe Luque, Juan, José Herrada, los tres delegados que yo tuve.

–Supongo que le dolería la desaparición del Poli Ejido.

–Fue muy desagradable. Costó mucho trabajo llevarlo a nivel profesional, pero luego aparecen intereses extradeportivos que impidieron que el Poli continuase. Pero ahí está su legado y eso nadie lo va a borrar.

El cordobés, ante el escudo del Málaga, equipo al que ahora comenta algunos partidos. El cordobés, ante el escudo del Málaga, equipo al que ahora comenta algunos partidos.

El cordobés, ante el escudo del Málaga, equipo al que ahora comenta algunos partidos.

–Antonio Tapia es una leyenda en El Ejido, como bien dice el lema del partido.

–Yo contribuí, puse mi grano de arena en el proyecto, pero detrás había una ciudad entera, una afición enorme y un equipo directivo y técnico enorme. Al final, los verdaderos protagonistas de esto son los futbolistas. En aquella época contamos con un plantel de jugadores con una profesionalidad y un talento que nos permitió conseguir una sintonía total con la afición. A nivel de juego, el Poli enganchaba, transmitía. Creo que a mí me dio mucho más el Poli de lo que yo le di al club.

–¿Qué va a suponer el reencuentro con Patri, Cisco, Rafa, Sergio Cruz, Francisco...?

–Recordaremos viejas batallas y compartiremos un rato muy emotivo. Estos momentos juntos merecen mucho la pena, uno va cumpliendo años y poderse reencontrar con personas a las que estima y con las que compartió grandes momentos deportivos y personales, será muy especial.

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