Agricultura

El calor evita una maduración pareja de la uva a las puertas de la vendimia almeriense

Viñas de Bodegas Perfer, a la caída del sol agosteño.

Viñas de Bodegas Perfer, a la caída del sol agosteño.

Cuando el verano llega a su fin y los rayos de sol pican un poco menos que hasta ahora, llega la hora de la vendimia. Se trata de una de las tradiciones agrícolas por excelencia de Almería, puesto que históricamente la provincia ha sido y sigue siendo tierra de viñas.

A consecuencia de las variaciones climatológicas de este 2023, posiblemente como consecuencia del cambio climático, la campaña puede verse afectada en su recta final. La falta de agua en invierno, las lluvias tardías y el intenso calor de este verano (en Uleila del Campo, por ejemplo, se han alcalzado los 45º en ciertos momentos del verano) han provocado que la maduración de las viñas sea desigual. Esto es, hay una mezcla de racimos que han madurado completamente con otros que están más verdosos y necesitan todavía alguna semana más.

Así, hay productores de uva que van a optar por retrasar unos días la vendimia en la provincia, como es el caso de Juan Pérez, gerente de Bodegas Perfer. “Voy a vendimiar más tardío que el año pasado. Quiero hacer vinos con más cuerpo, más ricos en azúcar y por eso lo voy a dejar más”, decía.

“Otros años ha llovido mucho y la planta estaba muy preparada, pero este año no ha llovido. Cero. La planta, después de la poda, no se ha preparado para echar el fruto. Cuando empezaba la brotación, no va con la misma fuerza, aunque tenga el riego por goteo. El agua del cielo le hace mucho porque la raíz está muy extendida, moja todo el suelo... El goteo lo centra, refesca la planta. Sólo ha llovido cuando no debía”, lo que ha provocado la aparición de botrytis, hongos, algo de ceniza... “Hemos tenido que dar muchos tratamientos con azufre”, apuntaba Juan para evitar que el daño a la planta fuera mayor.

Por supuesto, el fuerte calor veraniego también ha afectado a la producción. “Hemos tenido días muy fuertes de calor cuando la uva estaba empezando a engordar, el sol ha quemado bastantes granos de los hombros del racimo”, a las puertas de la vendimia en la que Juan espera que las pérdidas no sean muy elevadas: “Tengo la viña bastante cargada, aunque voy a perder algunos kilos con respecto al año pasado. Tengo unas 40.000 viñas, que me suelen dar unos 180.000 kilos y este año calculo perder en torno a unos 30.000. Es una cifra importante, pero es que está siendo una campaña muy dura”.

Aunque por fortuna no está faltando mucha agua para el riego, más allá de ciertas zonas del levante que sí lo están pasando mal, Bodegas Perfer es un buen ejemplo de la eficiencia hídrica de la provincia. “Yo voy controlando el riego. En vez de echar dos horas, echo una y cada semana la refresco. Es cierto que en los últimos días hay algo de rocío y nieblas, que están viniendo bien para que la planta se vaya hidratando”, finalizaba Juan.

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