El martes en el estadio Santiago Bernabéu, se disputó un partido amistoso entre España y Brasil, que de amistoso tuvo poco, ya que se vieron que se corresponden a los ´80. Codazos, patadas de atrás sin ninguna intención de jugar el balón y protestas, muchas protestas. El encuentro que se había programado contra el racismo y por la integración, sirvió más de propaganda que de otra cosa. La previa la había protagonizado Vinicius, que envuelto en la bandera contra la discriminación y el racismo, pretende, en mi opinión, tapar su falta de ejemplaridad a la hora de jugar al fútbol. No es que tenga que dar ejemplo, pero no se puede ser un acosador y una víctima a la vez. Son dos cosas diferentes, pero el brasileño, que este martes tampoco reprimió sus formas y se enzarzó en varias discusiones con jugadores de España, utiliza hábilmente eso de que no hay mejor defensa que un buen ataque. ¿En España, hay racismo?, tal vez sí, al igual que en Brasil o en Argentina. Lo que hay con toda seguridad, son idiotas que creen que por estar en un estadio de fútbol tienen manga ancha para hacer o soltar insultos ante los contrarios, a los que perciben como al enemigo. Idiotas que pitan a Álvaro Morata por su pasado blanco y su presente Atlético. Vinicius es negro de piel y juega en el Real Madrid. La misma plantilla la integran otros jugadores negros como Tchouaméni, Camavinga, Rodrygo Goes, Bellingham, Alaba, Rüdiger, Militao, Mendy y el hispano marroquí Brahim Díaz. Ninguno de ellos tiene problemas en todos los estadios y con todos los adversarios. Algo parecido le pasaba a Neymar cuando era jugador del Barça. Te hablan, se ríen, te tiran besos, te vacilan. Y eso en un campo de fútbol y en el bar de la esquina, genera reacciones. Cuando Paquetá puso el 3 a 3 final, se llevó la mano a la oreja como diciendo “ahora no los escucho”. El posterior bailecito y las discusiones entre los banquillos pusieron las cosas en su sitio. La educación es la educación, y cuando no hay, no importa el color de piel que te haya tocado. Este fin de semana pasó en Getafe, donde le gritaron “gitano” a Quique Sánchez Flores y “mono” a Acuña. También al portero del Rayo Majadahonda. Son solo idiotas ignorantes a los que deberían caerles sanciones ejemplares.

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