Dar la cara

Dar la cara por los demás en realidad es una cuestión de fe en el ser humano, en la creencia de que este puede ser mejor

Presiento que tras la noche/vendrá la noche más larga" Siguiendo la letra de la canción "Al Alba" de Luis Eduardo Aute, y de su estribillo, "Al Alba… Al Alba…", me vienen memorias y lastres de otra época en las que pensaba que estar delante de la tempestad era bueno, y con esto hago referencias al mundo de la solidaridad y del activismo social sobre todo. Entonces estaba convencido de que aquello te compensaba emocional y moralmente. Adoptando las estructuras del cristianismo, como todo laico actual, era posible un modo de redención ideológica, o trascendencia, que te impulsaba hacia el estado de completud o gratificación. Entonces aparecía en los encuentros esta canción y su estribillo venia para quedarse "Al Alba… Al Alba…". Sabíamos que era un símbolo porque fue escrita tras los fusilamientos de 1975 como repulsa a las últimas ejecuciones del franquismo. Yo confieso haberme sentido pleno en aquellos momentos, a pesar de todas esas veces en las que nos pedían el DNI por la vía pública. Dar la cara por los demás era bueno y noble, honrado, honroso -pensaba-. Pero ya no es como antes para mí. Lo confieso. Hay una gran diferencia entre dar la cara por algo popularmente reconocido (de moda) y hacerlo en solitario por algo menos popular. En el segundo caso recibes la incomprensión, el rechazo, la injusticia de las opiniones y los juicios morales públicos. Y hasta tus acciones se traducen negativamente. Sin embargo ahora dar la cara tiene mucho más sentido que antes porque supone poner el rostro sin esperar redención moral y a sabiendas de una crítica o castigo. Al contrario dar la cara por derechos aun invisibles supone un sacrificio y un esfuerzo no reconocido. También supone decepción: son los iguales y comunes los primeros en traicionarte y en pasarse al enemigo. No obstante no me es posible dejar de dar la cara. Esta vez sin trascendencia ni cobijo moral. Tan solo por una cuestión de fe. Dar la cara implica una gran fe en el ser humano; en la creencia de que este puede mejorar o cambiar. Ninguna creencia es demostrable, lo sé, pero cuando uno cree lo hace por simpatía con una idea. Y cuando se da la cara a riesgos de que te la partan (sin esperanzas de reconocimientos) se hace porque sin duda se tiene fe y eso justifica el sacrificio y el rechazo. Por eso, más que nunca, está justiciada esta canción del gran Aute: "Al Alba, Al Alba, Al Alba…"

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