Libertad Quijotesca

Furari Tempore

Los malos gobernantes imponen su cronología perversa. Siempre son tiempos de barbarie

El tiempo es la columna vertebral de la vida. Pronto surge el planteamiento tiempo, poder y política. A grandes rasgos; como reglamos, organizamos y gestionamos todos los ámbitos de la vida. ¿Fue primero el poder o antes estuvo la política? Son inseparables. Aristóteles nos enseña que la política es aprender a diferenciar el bien del mal. La libertad y la prosperidad requieren que apliquemos límites a nuestro comportamiento. Somos responsables de exigirnos mejores representantes políticos. Tenemos que combatir la corrupción. La libertad debe inspirarnos compromiso nunca miedo. La historia es la gran maestra de esta realidad. Empezando por la prehistoria. Toda una lección de humildad. El noventa y nueve por ciento de la biografía de la Humanidad lo protagoniza el largo y arduo proceso de hominización o antropogénesis. Miles de millones de años ha durado el proceso evolutivo hasta llegar a la especie humana de la que formamos parte. Dos conceptos clave: Hominización y Humanización. En las relaciones de poder y la intrahistoria de la política, con escandalosa facilidad se traiciona el humanismo. Se violan los valores éticos que ponen freno a la barbarie que habita en la condición humana. Los malos gobernantes marcan nuestras vidas con su cronología perversa. Robando el tiempo, furari tempore, creen que les será posible perpetuarse en el poder. Desde niña me gustan los relojes con números romanos porque Roma nos enseña: Memento mori. Memento vivere. Recuerda que morirás. Así que acuérdate de vivir. En estas últimas dos semanas, el Nerón sin arpa que habita en Moncloa ha paseado su elefantiásico ego por radios y televisiones. Inquietante, puesto que se distingue por eludir las preguntas en las ruedas de prensa. Le gustan más sus monólogos narcisistas y entrevistar a sus ministros. Y la victimización. Todavía no aparecen en chándal abanderado porque no han logrado anular la Constitución de 1978. No hay ningún Publio Petronio entre sus pretorianos. De ahí su campaña de propaganda o de las ‘Tres M’. Nos infravalora como Nación y sujeto político. Do quiera que vaya repite que es víctima de “maldad, mentira y manipulación”. Como dijo Petronio a Nerón “ Hay una cosa que no puedo perdonarte, el fastidio de tener que escuchar tus versos. Tus ramplones cantos. Tus mediocres interpretaciones. Redúcete a tus dones especiales, maldad, mentira y manipulación”.

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