Abierto de Noche
Francisco Sánchez Collantes
Palabras para Julia
Ingrid Bringas (Monterrey, México) es una escritora y poeta con un gran compromiso social, que pasa inexorablemente por la violencia que vive su país de origen, México, y que muestra a la autora el camino de ahondar ante la dicotomía que sufren los autores mexicanos con respecto a la desaparición y la conciencia social. El no-ser o no-estar, que incide en una mistificación de la construcción de la presencia del ser o del otro, juntos con los actos de permanecer o pertenecer: “...revisión de lo cotidiano como lo es la violencia en todas sus formas, la interpretación de la realidad desde diversas vertientes, la poesía más allá de lo social ligado a la naturaleza salvaje del hombre, la poesía como observador del entorno, interpretando una actitud crítica hacia el mundo”, Bringas dixit. Pero también, la conciencia de la autoderterminación del cuerpo está presente en la obra de Ingrid Bringas. Plasmando los conceptos relacionados con la identidad sexual o la expresión de género de las personas, adquiriendo sus poemas una pulsión absoluta y determinante, viva de empatía, consciente de la naturaleza última de los cuerpos, y que describen un nuevo espacio de diálogo que establecen conexiones con el lector , con los mundos íntimos de la autora y con la realidad que habitamos, a pesar de los convencionalismos y los estereotipos que lapida la libertad espitritual, matérica y conceptual del ser. Ingrid Bingas deconstruye, por un lado, el orden jerárquico establecido y también la existencia y persistencia de las identidades estigmatizadas. Haciendo hincapié en todas aquellas que tienen que ver con la cultura y la comunidad LGBTIQ+. Históricamente marginadas, por los modelos vigentes, y que los han postrado a la periférica y a la frontera, poniendo en el foco la denuncia, combatiéndola: “Lxs desplazadxs, lxs indocumentadxs, lxs analfabetxs, lxs “porno”, los cuerpos flotantes, lxs que mueren sin identificación, los telediarios, los suburbios, los platos sucios: protagonistas inmóviles de una Sudamérica que duele, un trozo de tierra social y culturalmente lacerado que —todavía para muchxs— no deja de rozar lo “deforme e inequívocamente grotesco”, escribe Ingrid Bringas.
La escritora acepta su responsabilidad, como poeta, y escribe a manos llenas, porque ha sobrevivido a la tempestad y es consciente que el entendimiento y el dialogo es una arma que hace al ser humano libre.
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