Carta del Director/Luz de cobre

María Zamora

Y a pesar del éxito empresarial, María sigue soñando con una empresa más grande, más líder y generadora de empleo

Vellsam, la firma especializada en soluciones biotecnológicas para el agro, ha cumplido 20 años. Veinte años en los que la empresa familiar, liderada por María Zamora, ha sabido abrirse un hueco en un difícil y complejo mercado a base de trabajo, visión empresarial, investigación y desarrollo y capacidad de gestión. Pero si hay un adjetivo para definir la labor desarrollada a lo largo de este tiempo por su consejera delegada es el coraje. El coraje de una mujer con capacidad empresarial infinita, con una visión del mundo de la industria sólo reservada para unos pocos privilegiados y con una capacidad de hacer piña en torno a una idea, más allá del concepto común y tradicional del empresario, para buscar la meta arropada por quienes comparten proyecto, sueños y liderazgo empresarial.

Conocí a María Zamora cuando trató de abrirse hueco en el mundo de la política. Un hueco que estaba reservado para ella, cuando la mujer en ese mundo era una 'rara avis'. Hizo lo que pudo, puso todo el empeño, arriesgó incluso más de lo necesario para tratar de trabajar por mejorar la provincia y la ciudad en la que vivía. No se lo pusieron nunca fácil. Al contrario, las zancadillas y los cuchillos en el seno del partido por el que se presentaba -su nombre no viene al caso- eran la moneda con la que se hacía la política de entonces. Con seguridad ni mejor ni peor a la actual, pero en la que no tenían cabida aquellos y aquellas que llegaban a ese mundo a servir y no a hacer carrera. La desintegración del partido del que formaba parte y la desconfianza y la desilusión provocada por la realidad en la que se movía hizo el resto y la llevó a dejarlo. Posiblemente una de las mejores decisiones de su vida.

A partir de aquí comienza la vida empresarial de una licenciada en Magisterio que tenía claro lo que quería hacer, cómo hacerlo, el camino para alcanzar la meta y el tiempo necesario para llevarlo a cabo. Quizá algo parecido a lo que hace un escritor cuando escribe una novela. Conoce el principio y el final. Y a partir de aquí desarrolla la trama que culminará después de muchas vicisitudes con el libro concluido.

Y en ello está María Zamora y Vellsam. En sus primeros veinte años de vida, con presencia en 36 países, con un mercado interior creciendo, con la mirada puesta en Arabia Saudita y en ampliar mercado en Latinoamérica. Pero los pies siguen anclados en el suelo, atornillados a la realidad de una mujer con las ideas claras, acompañada por un equipo de personas coherente e implicada en el proyecto, y secundada por acciones y secuencias más que meditadas. Y a pesar del éxito empresarial indudable, María sigue pegada a su tierra, a su familia, a sus amigos de toda a la vida, a sus hobbies de siempre. Y todavía hoy, transcuurrido este tiempo, sigue soñando con una empresa más grande, más líder, con más empleos y en su provincia.¿Quién da más?

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