El medio y el ambiente

Montesquieu ha muerto

Como solo veo películas, tengo la duda de si el jefe ha dicho ya algo de sobre qué piensa hacer con su nuevo equipo

En noviembre del 19 fueron las últimas elecciones generales en España y, como consecuencia de las mismas, tenemos el gobierno que tenemos. Aunque las comparaciones son odiosas, sobre todo para uno de los comparados, un gobierno se puede comparar con un equipo directivo de una empresa, puesto que ambos tienen encomendada la ejecución de las labores que, para beneficio de su organización, les encargue su máximo dirigente, que tiene toda la libertad y todo el poder necesario para formar el equipo y, por si fuera poco, en las empresas grandes -como es el caso de una nación- tiene toda una cohorte de asesores y consejeros a su servicio. Si echamos la vista atrás, en este último año y medio, en España "ha pasado de todo, menos bueno". Es decir: todos los miembros del gobierno han tenido ocasión, de mostrar y demostrar su capacidad para el puesto encomendado y su valía profesional. Entiendo que, cuando al cabo de 18 meses, aproximadamente, el jefe ha tenido que cesar, precisamente, a los miembros de su equipo que en ese tiempo han gozado de más capacidad de decisión e influencia, es porque no lo han hecho bien. Eso es una verdad de Perogurullo. Pero hay más: también pienso que la decisión la empezó a fraguar un tiempo antes. Y ahí es donde me ha surgido el desasosiego. Como pienso que máxima libertad implica máxima responsabilidad, si el jefe nombra un equipo y en unos meses empieza a dudar de su capacidad, no hay que ser un lince para pensar que se equivocó al nombrarlos. Luego, qué confianza puede transmitir a la empresa un jefe que se equivoca al elegir a sus más directos colaboradores. Esa es la cuestión. Pero, sin embargo, nos fijamos más en los cesados que en el cesante. Si eso me preocupa, más lo hace recordar la frase "Montesquieu ha muerto" atribuida a Alfonso Guerra con ocasión de la reforma del Poder Judicial de 1985, aprovechando la mayoría del PSOE en el Congreso, y que fue la primera ocasión en que se puso en entredicho la independencia de los tres poderes del Estado que defendía el filósofo francés.

¿Qué pasará ahora con el futuro de la Ciencia, de la "NASA española", de los premios del CSIC,…?

¿Qué ocurrirá con los planes para el dos mil no se cuántos?

Como en el televisor solo veo películas, tengo la duda de si el jefe ha dicho ya algo de sobre qué piensa hacer con su nuevo equipo. Como decía mi abuela: "me malicio que no". Y para concluir, el hecho de que Maquiavelo pariera buenos discursos, no implica que sus seguidores lo hagan. ¡Salud y Libertad!.

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