Carta del Director/Luz de cobre

Nuevos tiempos para el socialismo almeriense

El PSOE de Almería lleva demasiado tiempo cosido a unas siglas, pero en la trinchera permanente del fuego amigo

JUAN Antonio Lorenzoya es secretario general del PSOE. Desde ayer tiene tras él una ejecutiva con la que intentará devolver a su partido el terreno perdido en las urnas. Aunque la política son ciclos, y los socialistas no están en el mejor de los posibles, es cierto que los tiempos se pueden cambiar siempre y cuando aquellos que lideran sean capaces de revertir lo que, a ojos de los demás, pueda parecer una quimera.

Nuevos tiempos, nuevas ideas, nuevas formas y nuevos líderes para un reto descomunal. La tarea, aunque ardua, no es irrealizable. El camino a recorrer por Juan Antonio Lorenzo y los suyos está jalonado más de espinas que de rosas. Pero deben pensar que cuando alcancen la meta habrá merecido la pena.

Dos frentes abiertos para un dirigente curtido en la vida municipal y al que nada, a estas alturas, le va a sorprender.

De un lado, el interno. El socialismo almeriense lleva demasiados años cosido a unas siglas, pero en la trinchera permanente del fuego amigo. De la capacidad que tenga el secretario general de zurcir los jirones desparramados por las cunetas, a lo largo de décadas de luchas intestinas, el objetivo del éxito se acercará y se tocará con las manos. Lo contrario es el averno.

Del otro, el real. El de las cosas de comer. Es aquí donde hallamos el caldero sobre el que se cocina el mejor de los guisos, para ser degustado con el placer de los triunfos electorales o con la amargura de las derrotas.

Utilizando un símil futbolístico, el éxito o el fracaso en el deporte patrio está en que la pelota entre o no en la red. En el caso de la política, se trata de ganar o perder elecciones. Aunque el futuro más cercano y el bautizo electoral lo tendrá el señor Lorenzo en las andaluzas del próximo año , donde de verdad comienzan los platos gourmets o la hiel de la desesperanza y el fracaso serán las municipales de 2023. En las andaluzas a los socialistas les basta con mantener resultados. Todo lo que no sea perder votos y, lo que es clave, parlamentarios, será visto como un éxito, o casi.

Las municipales serán harina de otro costal. Los pírricos resultados de los que se parten, los alcanzados en 2019, son un escalón tan bajo que a poco que se trabaje es posible mantenerlos.

Pero el problema no es ese. La que se le avecina al secretario general es, entre otras cosas, decidir quién o quiénes van a ser los cabezas de lista en los comicios de los 103 pueblos. Especial relevancia va a tener la capital y las primarias que deben celebrarse, en caso de que haya más de un candidato y con la agrupación local con una mayoría contraria, posiblemente, a la provincial. Por delante, como ven, tantos retos que pueden abrumar al más sosegado. Juan Antonio Lorenzo deberá tirar de templaza, moderacióny experiencia para salir de todos triunfante. La va a necesitar.

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