Responsabilidad social

La estructura de subsidios por desempleo es muy válida. Fundamental. Pero se debería tomar como ejemplos otros países

La pandemia ha azotado hasta las últimas regiones del dolor de la sociedad, se nos plante de forma irremediable que estamos ante un nuevo orden mundial. Los diferentes factores que ya lo anunciaban eran evidentes. El cambio del poder geoestratégico, con el aumento de la economía de mercado de China, la desestabilización política de Europa y América, la guerra del crudo con la liberación de las reservas energéticas de Estados Unidos y, en su recta final, esta pandemia como punto de inflexión. Lo que sí está claro es que nos convidan a un fin de ciclo. Y la pandemia, aparte de volver a reorganizar un nuevo orden económico, que lo hará, servirá para establecer unas nuevas rutinas.

El libre mercado ha muerto. Aunque sabemos que no del todo. Se reinventará, pero el sistema económico que conocemos, establecido a través de la iniciativa privada, trabajo y recompensa, ha sido dañado. La destrucción del tejido industrial y comercial ha caído cerca de un treinta por ciento. Si siguiésemos la lógica, en el capitalismo sería una utopía y más sabiendo a quienes tenemos como líderes, la actividad económica tendría que pivotar en este nuevo estado alrededor de la salud, el bienestar y el desarrollo sostenible. Se debería redirigir el progreso hacia la inversión en tecnología -industria digital, startups, etc, innovación -creación de centros de desarrollo-, las energías renovables -auto-eficiente-, etc.

En nuestro caso, sería importante volver a crear un tejido productivo eficaz, que sea capaz de absorber la demanda interna. Volver a promover el mercado interior. Establecer modelos sencillos de constitución de empresas y no sobre saturarla de impuestos. Adelgazar el sistema administrativo público, en pro de una eficiencia real y técnica. Sobre todo lo concerniente a la contratación directa o a dedo. Establecer un límite máximo en los sobrecostes a la hora de licitar los proyectos público, como se establecen en el ámbito privado, y volver a establecer la red de servicios esenciales públicos que han sido privatizados. Sin intervenir en el sector privado. La estructura de subsidios por desempleo es muy válida. Fundamental. Pero se debería tomar como ejemplos otros países, donde los beneficiarios realizan trabajos sociales, a favor de la ciudadanía. Leyes como la de Dependencia, podrían ver reflejadas su máximo exponente en su desarrollo con una respuesta y con unos resultados óptimos para la sociedad. Sin desincentivar el empleo y motivando la integración laboral con experiencia.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios