Eeste es el slogan de este año para visibilizar y reivindicar los derechos de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Es una condición neurobiológica que afecta al comportamiento, al pensamiento, a la comunicación y a la interacción social de las personas que lo presentan.

El pasado 2 de abril, fue el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo fecha designada por la ONU. En 2008, la Asamblea General decidió designar esta fecha como el día mundial. Dado que ese año entró en vigor la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, se decidió resaltar el autismo con su propio día para que se observara cada año con el objetivo de contribuir a la mejora de calidad de vida de niños y así como adultos para que puedan tener una vida gratificante y satisfactoria, como parte de una sociedad integradora.

En la actualidad, se estima que un 2% en el mundo presentan este trastorno, cuando se cuenta con el recurso humano debidamente capacitado, el diagnóstico puede realizarse desde los 18 meses de vida.

Se ha avanzado considerablemente en la concienciación y la aceptación del autismo. Esto se debe principalmente a la contribución de los numerosos e increíbles defensores de las personas que han trabajado incansablemente para dar a conocer las experiencias vividas por las personas autistas. Asimismo, sanitarios, investigadores y académicos de muchos países ya han incorporado a su trabajo el paradigma de la neurodiversidad.

Esta clase de acciones son importantes, ya que tiene como objetivo contribuir en una mejora de la calidad de vida de las personas con TEA en cuanto a la consciencia social que no solo debe ser trabajada durante unos pocos días al año, si no que se debe ser del día a día.

“Todas las personas, incluidas la que padecen autismo, tienen derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”, señala la Organización Mundial de la Salud sobre este tema. La importancia de tratar el trastorno como un tema en la sociedad, y desde la defensa de los derechos de las personas con él, se da por la estigmatización y discriminación que afrontan, que, según esta organización, “incluye la privación injusta de atención de salud, educación y oportunidades para participar en sus comunidades”. Por eso, la sociedad debe informarse más sobre este trastorno, para que se pueda contribuir entre todos a que todos los niños logren una vida plena.