El donante de semen está sobrecualificado. Su esperma tiene que ser excelente y él debe gozar de buena salud física y emocional y superar pruebas médicas para confirmar la ausencia de infecciones y enfermedades genéticas. Eso no se le pide a cualquier padre ni a l mujer que está embarazada. La calidad del esperma del hombre se ha reducido en un 50%, en 50 años. En España la donación es gratuita, pero por ahí fuera pagan entre 10 y 20 euros. No es mucho, pero no deja de ser un trabajo manual agradable, que no lleva demasiado tiempo, en el que eres tu propio jefe y que te mete en la zona de confort cuantas veces quieras y puedas. En Países Bajos, la fundación Donorkind, que facilita el encuentro de los hijos y hermanos nacidos mediante esta práctica, ha denunciado un ciudadano de nombre Jonathan M. J., a quien le atribuyen la paternidad de 550 niños –algunos en España- porque vendió parte de su producción en Internet. Mercado negro de semen. A saber, un donante no es un padre.

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