Utopías posibles

La escuela del Reino Amimal

Ante los datos de fracaso y abandono, el buitre, inspector de educación, señaló que el problema eran los indicadores de evaluación

érase una vez una escuela a la que asistían los cangrejos, las hormigas y los saltamontes. No había presupuesto suficiente en el Reino Animal para montar una escuela específica para cada especie, por separado. "En esta escuela son solo tres especies, pero imaginaos en el bosque, sería imposible", dijo el águila, ministra de educación. La ley decía que para superar el primer curso todos tenían que llegar en línea recta hacia un mismo destino, y uno de los indicadores de evaluación imponía que tenía que ser sin caminar de lado. Los saltamontes llegaron rapidísimo. Las hormigas lo hicieron bien, aunque tardaron mucho más. Los cangrejos también llegaron a su destino, pero suspendieron porque eran incapaces de no andar de lado. "Deben repetir, tienen que mejorar, no se esfuerzan lo suficiente", dictaminó su profesor, conocedor profundo de la ley. En el siguiente curso, la prueba era con más distancia y en este caso estaba prohibido saltar. Suspendieron los saltamontes. Les costaba mucho llegar a un sitio sin dar ningún salto. El tercer año debían llegar a un sitio muy lejano, lo más rápidamente posible. Las hormigas tardaron tres días. Suspendieron.

Ante los alarmantes datos de fracaso y abandono, el buitre, inspector de educación, señaló que el problema eran los indicadores de evaluación: "hay que poner otros, más claros, donde se valore el progreso del alumnado paso a paso, para conseguir pasar las pruebas". Las ovejas, funcionarias de la administración, rápidamente apoyaron la idea y añadieron: "¿Y si mejoramos los sistemas informáticos, y obligamos al profesorado a meter los indicadores desglosados?". Los zorros, profesores experimentados, preguntaron dónde se habían aplicado estas propuestas y con qué resultado. Se hizo el silencio… y salió una nueva norma con las mismas pruebas, muchos más indicadores y una aplicación informática mucho más compleja.

¿Por qué no preocuparnos de lo verdaderamente importante, que todo el mundo alcance la meta final, llegue al final del trayecto y que pueda llegar cada uno como quiera? ¿por qué no dejar que cada docente y cada alumno busque la mejor manera de llegar? ¿por qué creemos que todo se arregla a base de normativa? ¿por qué se pone más énfasis en el instrumento que en el aprendizaje? ¿y ese empeño en aplicar medidas cuya eficacia jamás se ha demostrado? Quizá sea porque en el Reino Animal... somos muy animales.

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