Carta del Director/Luz de cobre

La inocentada de la ministra de Fomento

La comparecencia de la ministra fue atribulada, con prisas y sin preguntas (una). Buscaba una foto y la consiguió. Sin más.

La ministra de Fomento del Gobierno de España, Raquel Sánchez, tuvo a bien, y se lo agradecemos, visitar Almería el Día de los Inocentes. Un viaje relámpago para afirmar, en el cruce de la A-92 con la A-7, que el Consejo de Ministros acababa de aprobar la licitación del proyecto, largamente demandado y nunca desarrollado, de mejora de este enlace con la capital. Una inversión de 40 millones de euros, que ojalá se ejecuten y se gasten, porque redundará en beneficio de los que aquí habitamos. Pero si nos atenemos a la historia, a los hechos acontecidos en los últimos decenios, observamos con preocupación que una cosa es lo que el Gobierno licita y otra, bien distinta, el inicio de la obra y, sobre todo, su conclusión. Raquel Sánchez buscaba el Día de los Inocentes una foto y la consiguió. Una comparencia con prisas, atribulada, casi sin preguntas (una), en la que no dejó nada nuevo que nos lleve a pensar que la gran obra de este siglo para la provincia, como es la conexión por AVE con Madrid, sea una realidad antes de que acabe la década. La responsable de Fomento traía la lección aprendida. Un monólogo de cifras y logros sobre las excelencias del Ministerio que dirige con las inversiones en esta tierra, que se caen a poco que recorras el trazado del ferrocarril por el Levante y observes como los trabajos si no están paralizados, que no lo están, si se ejecutan con una lentitud exasperante.

He de reconocer la voluntad de la responsable de Fomento, el compromiso de Raquel Sánchez, o al menos se deduce de sus palabras, con las inversiones del Gobierno en Almería. Somos conscientes de que la intención es buena, otra cosa es que la realidad se imponga a la ficción, los hechos a las palabras y los incumplimientos a los compromisos. La conclusión que nos queda a los que aquí habitamos es que el viaje de la ministra a esta tierra fue poco menos que una inocentada. Dibujó un paisaje de maná de millones y obras para las pléyades de seguidores que la acompañaban, que no tiene más recorrido que el tiempo de desmontar el decorado de la presentación. Echamos de menos y le exigimos que cuando venga a esta provincia recorra las obras del AVE, se reúna con los colectivos sociales y empresariales y que podamos preguntar sobre retrasos, compromisos, obligaciones y propuestas; y, sobre todo, que no produzca en quienes la escuchamos el poso de intranquilidad que cada uno de los últimos ministros que han pasado por Fomento ha legado. La provincia y los que aquí habitamos nos merecemos más que un batiburrillo de cifras y millones que hipnoticen a quienes los escuchan. Almería exige más de lo que recibe por tantos años de olvidos. La pena, como siempre, es que Raquel Sánchez, como Ábalos, De la Serna o Ana Pastor, por poner algún ejemplo, pasarán y los que aquí permanecemos seguiremos en la lucha por lo que creemos nos corresponde.

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