Contra la matanza que no cesa

Lo importante para ellos (y para mí) es denunciar la barbarie y exigir que cese el martirio de la población gazatí

09 de mayo 2024 - 00:15

Podría ser que esto sirviera para rememorar cosas que yacen en el limbo de mi memoria. De hecho están reviviendo. Mayo del 68, manifestaciones en contra de la guerra del Vietnam y, por supuesto, los movimientos estudiantiles de finales del franquismo y que a uno le pillaron de lleno estudiando en la universidad. Estos movimientos no eran comprendidos por gran parte de la sociedad adjudicando la motivación a que los jóvenes, irreflexivos, solo querían jaleo y perder clases. Pero el paso del tiempo ha puesto de manifiesto que era algo más, mucho más. Cambios culturales, sobre todo después de mayo del 68; intento de quebrar el imperialismo yanqui y su intervencionismo a lo largo y ancho del mundo (con poco éxito, la verdad); o colaborar abiertamente con la transición desde la dictadura a la democracia. Es como si fueran aquellas generaciones nuevas las que oteaban lo que debe ser el futuro y los que evaluaban lo negativo del presente. Parece que después de tantos años aquellas actividades están reverdeciendo. Desde octubre asistimos a una de las peores masacres donde los muertos civiles se cuentan por miles. Es una auténtica lucha de David (palestinos) contra Goliat (judíos). David sigue teniendo una honda inútil, mientras Goliat dispone de un mortífero armamento que usa sin piedad. Y va ganando. La respuesta de la comunidad internacional no está siendo modélica. Va desde un apoyo a Israel sin límites, caso de EEUU, a una actitud no ya pasiva sino “pasota”, no-activa. Por poner un ejemplo puedo traer a colación la “decisión” de la UE de mandar al limbo la solicitud hecha por España e Irlanda de revisar las relaciones comerciales con Israel, decisión que podría presionar a Israel a dejar sus actividades militares, genocidas o no. Está claro que esa actitud , en lenguaje de otros tiempos, no ha pasado desapercibida o incluso ha levantado ampollas en un buen sector de la población: los estudiantes. Tal vez han tardado demasiado en reaccionar, pero ya han empezado. Prendió la chispa en EEUU y paulatinamente se va extendiendo por muchas universidades también de Europa, España incluida. Posiblemente estos universitarios desconozcan algunas de las ramificaciones que pueda tener el dejar de apoyar a Israel. Pero lo importante para ellos (y para mí) es denunciar la barbarie y exigir (aunque tampoco tengamos mucha fuerza) que cese de una vez el martirio de la población gazatí.

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