El medio y el ambiente

¿rEINVENTARSE O APROVECHAR?

Desde el teletrabajo, que ya era obligatorio entre los funcionarios de la UE hace quince años o más, a las videoconferencias

Se que voy a empezar con una "perogurullada" pero, como no voy a molestar a nadie, la voy a soltar: si miramos a nuestro alrededor, veremos montones de cosas nuevas, que van de las fibras de la ropa que usamos a los aparatos de cocina, pasando por las lavadoras a las que ya no les falta nada más que regañarte por descuidado, podemos decir, si metes a lavar una camisa más sucia de lo normal. Y para qué hablar de los teléfonos y similares.

También me apetece recordar lo que en más de una edición de premios a la innovación o algo así, en la UAL, le oí decir al jerarca que los entregaba: "la mayor innovación de la historia, son las ruedas de las maletas". ¡Ahí queda eso!. Digo esto porque ahora, por mor del bicho de los c…, los periódicos vienen llenos de inventos achacados a la crisis que estamos pasando, o más bien, soportando. Sin ser destructivo, pienso que más bien están surgiendo, como setas en otoño, muchos vendedores, que no inventores, y cuya principal cualidad radica mayormente en que saben de "marketing oportunista" por no decir guerrillero y, por lo tanto, venden lo que se les ocurre.

Sin embargo, lo que echo en falta es voces que clamen en favor de un cambio de vida de nuestra sociedad, que es lo que en realidad estamos abocados a hacer. Queramos o no, eso es lo que toca: desde los cambios de horario y de los modos y maneras de trabajar, a los de vivir. Desde huir de aglomeraciones, a ser comedidos en las expresiones de afecto, como es el caso de los besos rusos o darle la mano al amigo cada vez que lo ves, como hacen, o hacían, los franceses. Desde el teletrabajo, que ya era obligatorio entre los funcionarios de la UE hace quince años o más, a las videoconferencias.

Digo esas anécdotas por no entrar en cuestiones más importantes, como es la reordenación de la vida familiar, en la que afortunadamente estamos abocados a un estrechamiento del trato personal. El camino va por conseguir, en algunos casos a la fuerza, la célebre conciliación del trabajo y la vida familiar, que tanto se ha demandado en los últimos años.

Por lo tanto, en vez de estar soliviantados por lo que nos espera, lo que podemos hacer es estar contentos porque se avecinan grandes cambios, lo cual siempre conlleva un riesgo, pero, por otra parte, es la ocasión de aprovechar todas las herramientas, o mejor dicho: conocimiento, que tenemos almacenado y sacarle provecho para volver a tener una sociedad bien cimentada y con mayor calidad de vida, puesto que podemos conseguirlo.

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