Si no hay mata, no hay patata

La radio a colores

Yo me recuerdo siempre acompañado por el sonido de una radio. La escucho a todas horas

No sé si recuerdan la historia que solía contar el gran Gila en sus actuaciones. Mencionaba que su abuelo se pasaba horas en el balcón con un bote de pintura y la brocha en la mano haciendo aspavientos. Cuando le preguntaban el motivo respondía que el día que le pillara la onda iba a inventar la radio a colores. La radio ha sido uno de los inventos más trascendentales de nuestra época. Desde que en 1897 Guillermo Marconi realizó la primera transmisión, este medio de comunicación no ha parado de crecer y evolucionar. Cuando se inventó la televisión algunos vaticinaron que la radio desaparecería, nada más lejos de la realidad. En la actualidad en España hay más de 2.000 emisoras de radio y en el mundo unas 44.000. Yo me recuerdo siempre acompañado por el sonido de una radio. La escucho a todas horas: desde que me levanto hasta la hora de irme a dormir, e incluso, por la noche, tengo un pequeño transistor que me acompaña en los desvelos. Si no oigo la radio, noto como si me faltara algo. No creo que descubra ningún secreto si les digo que en la radio podemos encontrar información, música variada, cultura, deportes y todo lo que puedan imaginarse. Hasta los sonidos en colores, que son los que cada uno pone con su imaginación cuando desliza el dial para encontrar su emisora favorita o para descubrir otras nuevas.

¿Y por qué les cuento todo esto? Porque el pasado miércoles, o sea, ayer, en un episodio de insomnio, descubrí con alegría que vuelve a sonar un programa que conocía y que había dejado de emitirse. Me refiero al programa que el almeriense Carlos Santos emite en Radio Nacional de 3 a 5 de la madrugada y que se denomina “Entre dos Luces” Nuestro paisano, un enamorado de la música y la cultura, hilvana un programa ameno, ágil y fresco en el que da cabida a una gran variedad de estilos musicales, desde clásica a las más actuales, y que lo adereza con temas culturales de lo más variopintos. Según la declaración de intenciones que el mismo Carlos hace en su página: “nosotros ponemos las palabras justas para compartir experiencias y emociones que solo se pueden vivir a deshora”.

Les recomiendo que escuchen este programa, aunque comprendo que pedirles que se den ese madrugón puede resultar un esfuerzo excesivo para muchos. Afortunadamente, como la radio está en una evolución permanente, ahora se han inventado los Podcast, que nos permiten escuchar una gran variedad de programas en el momento que más nos convenga, a nuestra bola. Afortunadamente la radio no es a colores. Cada persona pone los suyos y pinta lo que escucha a su gusto, al mismo tiempo que fomenta su imaginación.

¡No se puede ofrecer más por menos!

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