República de las Letras

El último Borbón

La verdad es que se nos da una higa lo de Monarquía o República en estos años de pandemia infinita

Dicenque Felipe VI, en su mensaje navideño, no mencionó al emérito. Pero, ¿soy yo el único que lo intuyó en una de las fotos que había en la escenografía que montaron para la alocución televisiva del monarca? Detrás de él, medio tapada por otra foto enmarcada, había una en que, por un lado, asomaba, desenfocada, la figura de Juan Carlos. ¿O no era él, quizá? No sería extraño que se pusiera en juego una de esas maniobras de mensaje oculto o subliminal, tan frecuentes en las televisiones, con las que se emite entre líneas un mensaje no explícito. En este caso fue, más o menos: "… y todo esto, los cuarenta años de democracia, la Constitución y esta etapa de bienestar que disfrutamos, se inició con mi padre, el rey Juan Carlos, no lo olvidéis". Sí, a veces los ausentes son los que más se hacen sentir en la reunión. Fue muy hábil el realizador de la emisión.

Para los que una vez nos declaramos juancarlistas no monárquicos, es decir, para quienes pensamos que mejor era pájaro democrático en mano que cien repúblicas hipotéticas volando, los últimos tiempos del campechano han sido penosos y dan vergüenza ajena. Resulta que, borboneando como casi todos sus antecesores, unos lucrados con el negocio negrero en el siglo XIX, otros con la explotación de las minas del Rif en el XX -lo que costó miles de vidas y el mayor desastre militar de la época contemporánea para el ejército español, Annual, donde, por cierto, estuvo mi abuelo materno-, también Juan Carlos tenía presuntos chanchullos con comisiones millonarias no declaradas a la Hacienda Pública española. No hablo de su vida privada, a la que todo el mundo tiene derecho, también los reyes, sino de su cinismo al decir que la ley es igual para todos. Ha sido, como digo, a la postre, decepcionante la figura de este último borbón. Último porque parece, y quiero creerlo, debemos creerlo, que el hijo no lo es tanto porque ha salido más a su madre. Ojalá. Ojalá el último borbón que ha borboneado como casi todos los borbones en la historia haya sido Juan Carlos. Porque si no es así, si se resquebraja el carisma -escaso, pero suficiente, porque viene de la Historia- del rey actual, no sé qué hacemos que no lo deponemos y proclamamos la III República.

Pero no estamos en eso los españoles. La verdad es que se nos da una higa lo de Monarquía o República en estos años de pandemia infinita. Que 2022 sea mucho mejor que 2021. Amén.

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