Semana Santa

Semana Santa en Almería: Amor, Dolor y viento, la tarde del Martes Santo

Salida de la hermandad del Amor

Un refrán asegura que ‘marzo ventoso y abril lluvioso sacan a mayo florido y hermoso”. Bueno, pues será por que esta Semana Santa de 2024 coge casi a caballo entre ambos meses, el viento y la lluvia se están cebando en ella. Tortícolis nos va a dar a los cofrades de estar la mañana entera mirando al cielo. Por la mañana hubo de todo... lo que las Cofradías no desean: lluvia, frío, poniente, nubes muy negras y la habitual contradición meteorológicas entre los aeropuertos de Málaga (no lloverá) y Almería (algo de agua caerá). A los 200 nazarenos, 90 mantillas, 14 portadores del vía crucis así como autoridades y representaciones de los hnos. honoríficos (Policía, Bomberos, Protección Civil) no les llegaba la camisa al cuerpo. Eolo se ensañaba con Almería.

Cuando a las 6:30 de la tarde se abrió la puerta lateral del templo de San Sebastián, el cortejo al completo salía a calle Alcalde Muñoz mirando al cielo y lo que veían no resultaba tranquilizador precisamente. No llovía pero los nubarrones se resistían al fuerte viento de poniente. Obviamente, la candelería del Cristo del Amor y de la Virgen del Primer Dolor se apagaron nada más salir. Eso sí, la ornamentación floral lucía intacta: el tradicional monte de claveles rojos a los pies de El Amor y rosas y claveles blancos y amarillos en el paso de Palio. Por cielo, el paso del Cristo llevaba un labrado más, de manos de Daniel Ibáñez, realizado este año. Ya falta poco para verlo acabado. También se podía observar los nuevos flecos para las bambalinas en el paso de Palio.

Como decíamos, el cortejo procesional prácticamente doblaba al de antes de la pandemia. En apenas un lustro, la Junta que preside Lola Fernández le ha dado un gran impuso a la Cofradía, especialmente por el hermanamiento que se ha llevado a cabo con el colegio La Milagrosa, que ha aportado a El Amor un centenar de nuevos hermanos que ayer procesionaban de nazareno (200 en total), mantilla (90) y sobre todo, niños de la guardería, casi medio centenar. Los pobres man tuvieron una lucha constante contra el viento... y qué decir de las mantillas. Al poco de salir, el ya tradicional encuentro entre el Cristo (bajando por la calle que lleva su nombre) y la Virgen (directamente desde el templo). A los fieles no les asustaba la pésima tarde y se agolpaban a lo largo del itinerario por calles Murcia y Granada para ganar Puerta Purchena, bajar el Paseo y entrar en Carrera Oficial. El regreso, por las incómodas pero vistosas calles: Tiendas, plaza Pérez García, Puerta Purchena y plaza San Sebastián; y a medianoche, de nuevo al templo.

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