Centro Andaluz de Emprendimiento

CADE Almería, crónica de una muerte anunciada

El CADE de Almería, crónica de una muerte anunciada El CADE de Almería, crónica de una muerte anunciada

El CADE de Almería, crónica de una muerte anunciada

Escrito por

· Iván Gómez

Redactor Jefe

Era la crónica de una muerte anunciada. El Centro Andaluz de Emprendimiento (CADE) de la capital almeriense abrió sus puertas a finales del pasado año en varios inmuebles del edificio Celulosa III, en la calle Lentisco esquina con Plaza Dalías, con menos opciones que nunca de contribuir a su verdadero objetivo: fomentar y apoyar la creación y consolidación de empresas mediante la prestación de servicios de calidad. Es su tercer emplazamiento en menos de cuatro años y, mientras se completaba el proceso de mudanza y adecuación de estas nuevas instalaciones de 132 metros cuadrados en Cortijo Grande, los técnicos y emprendedores tuvieron que quedarse en casa durante más de seis meses.

Casi de un día para otro, las empresas alojadas tuvieron que hacer las maletas en abril porque las dependencias del albergue juvenil Inturjoven en las que se habían instalado sólo un año antes fueron cedidas a la Consejería de Salud y Familias que lo convirtió en centro de atención sociosanitaria para personas y colectivos vulnerables en prevención y contención de la covid19. Sólo una quincena de emprendedores había sobrevivido al primer traslado desde el Puerto, en el que se alcanzó la treintena de proyectos, pero prácticamente todos se han perdido en la última rotación.

Estuvieron hasta noviembre sobreviviendo en una sede virtual, condenando su actividad en ese tiempo a videollamadas y reuniones de trabajo con clientes y proveedores en hoteles y cafeterías, y los funcionarios teletrabajando con la esperanza de que el CADE volvería a ser un espacio de emprendimiento en las condiciones más favorables. Pero no ha sido así. Al menos de momento. El alojamiento empresarial gratuito que ofrece la Junta en la fase inicial del emprendimiento para impulsar las ideas y consolidar los negocios no cumple unos requisitos mínimos, tal y como han reconocido varios de los usuarios a este periódico.

Sala reservada a los técnicos de Andalucía Emprende del CADE de Almería Sala reservada a los técnicos de Andalucía Emprende del CADE de Almería

Sala reservada a los técnicos de Andalucía Emprende del CADE de Almería

"Las condiciones son muy malas, estamos mesa con mesa sin privacidad, si viene algún cliente tienes que atenderlo delante de todo el mundo porque tampoco tenemos salas para las reuniones. Así no se puede desarrollar una actividad empresarial", reconoce uno de los alojados que no volverá a pisar estas dependencias. Pero no es ni mucho menos el único. "Está desierto, no va prácticamente nadie, con estas condiciones tan malas es mejor buscarse la vida en cualquier otro sitio", asegura otro de los emprendedores. En el CADE del Puerto disponían de un despacho compartido y aquí no tienen ningún tipo de intimidad ni seguridad si quieren dejar sus pertenencias. "Si hablas por teléfono molestas a los demás, está todo el mundo escuchándote sin necesidad y eso no es profesional. Al final cada vez que vas a hacer una llamada te tienes que bajar a la calle", añade un emprendedor que tiene claro que se marchará a una oficina propia o compartida para poder desarrollar su actividad en condiciones más adecuadas.

No tienen ni agua par beber, ni cocina ni sala de estar o de reuniones. Lo que debería ser una lanzadera empresarial se han convertido en un tapón para estos jóvenes empresarios. De ahí que no vaya prácticamente nadie a este emplazamiento que es el más pequeño de todos los que han tenido y el peor configurado. Los técnicos si disponen de un despacho anexo en la sala 17 algo mejor adaptado que el de los emprendedores. No hay que olvidar que el CADE de la capital es la instalación de cabecera de la provincia desde la que se coordinan las 29 oficinas repartidas por los pueblos.

Emprendedores y técnicos durante una jornada de trabajo cuando el CADE estaba en el Puerto Emprendedores y técnicos durante una jornada de trabajo cuando el CADE estaba en el Puerto

Emprendedores y técnicos durante una jornada de trabajo cuando el CADE estaba en el Puerto

Los técnicos del CADE ya conocen las reivindicaciones de los alojados, de hecho mantuvieron una reunión a finales de mayo, pero sólo se pueden solventar algunas de las deficiencias porque no se contempla el cambio de emplazamiento por el que optó la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo en junio del pasado año. El propio delegado Territorial, Emilio Ortiz, y el personal técnico estuvieron mes y medio de búsqueda de locales y no encontraron ninguno mejor que el actual. Este local cuenta con una superficie construida de 396 metros cuadrados distribuida en tres salas de 132 metros cuadrados, con la posibilidad -ya descartada- de ampliar a una cuarta sala si fuera necesario, y ha supuesto un ahorro anual del alquiler del 9% con respecto al anterior. Eso sí, la capacidad cae a una docena de empresas frente a los más de treintena que disfrutaron del servicio de alojamiento gratuito en el Puerto.

Con anterioridad al albergue juvenil estuvieron un periodo de tres años, de enero de 2017 a abril de 2020, en el Edificio del Puesto de Inspección Fronteriza del Muelle de Poniente, pero la revisión de la evaluación de protección por parte de la Secretaría de Estado de Seguridad (28 de agosto de 2019) desautorizó la continuidad de cualquier proyecto o actividad ajena a la portuaria en esa zona restringida. El CADE del Puerto comenzó a funcionar como uno de los que tenía mayor capacidad de incubación de los existentes en Andalucía y un elevado nivel de demanda. Llegó a prestar alojamiento gratuito a 37 emprendedores que trabajaban en 20 proyectos, copando prácticamente el espacio de despachos, el triple de los que llegaron a las nuevas dependencias de la calle Lentisco. En marzo de 2017 fue el primer Centro Andaluz de Emprendimiento con un espacio específico de coworking de internacionalización supervisado por la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda).

Zona de trabajo de los técnicos en el CADE de Cortijo Grande Zona de trabajo de los técnicos en el CADE de Cortijo Grande

Zona de trabajo de los técnicos en el CADE de Cortijo Grande

Esta ubicación previa al albergue daba continuidad a la que existía previamente en la Cámara de Comercio que en su último año previo al traslado atendió a un total de 222 emprendedores de los que 170 crearon empresas y promovieron 124 empleos. A los alojados del CADE que aceptaron el último traslado desde el albergue de Inturjoven se les prorrogó el tiempo de incubación para compensarles por el periodo temporal en el que no han podido recibir el servicio. Los contratos quedaron en pausa hasta la reubicación para que no corrieran los plazos ni perdieran días de estancia, pero no resarcieron los más de seis meses que estuvieron en la calle este conjunto de empresas y start-ups dedicadas a todo tipo de actividades, desde el diseño de aplicaciones móviles, pasando por el desarrollo de software para la mejora del cultivo agrícola, la internacionalización de empresas, la asesoría en telecomunicaciones, realidad virtual o e-learning, entre otras.

Y una vez instalados, mucho menos porque buena parte de los emprendedores no han pisado las instalaciones porque no las consideran aptas para el desempeño de su actividad. La red CADE existente en la comunidad es la consecuencia de un compromiso histórico de la Junta por facilitar a los emprendedores instrumentos para que puedan poner en marcha sus proyectos y desplegar todo su potencial “en igualdad de oportunidades”. En Almería, sin embargo, este servicio ha ido a menos, como evidencian las estadísticas y el cúmulo de adversidades -tres traslados en cuatro años y más de seis meses en la calle- que vienen sufriendo los emprendedores de quita y pon. Después de una tercera mudanza y de la instalación en unas dependencias que no convencen a nadie, el nuevo CADE se ha quedado desierto, era la crónica de una muerta anunciada.

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